"La Leyenda Negra Española, tejida con la pluma de la rivalidad y la malinterpretación, no debe oscurecer la rica complejidad y contribuciones de la historia española."
Hace unos días, mientras navegaba por YouTube, me encontré con un video del profesor y académico argentino Marcelo Gullo Omodeo. El video dura poco más de cinco minutos, y el enlace lo dejo más abajo. Conocí su trabajo hace unos años, cuando comenzó a llamar la atención por su defensa de la conquista de América por los españoles, una visión poco común en la narrativa actual. Entre sus obras destaca el ensayo "Madre Patria: Desmontando la leyenda negra desde Bartolomé de Las Casas”hasta el separatismo catalán” un título que ya de por sí sugiere el rigor de su discurso. Además de este video, encontré otros de mayor duración donde Gullo expone con profundidad sus ideas, siempre con sólidos argumentos. Viví cuatro años en Perú, y en ese tiempo escuché repetidamente la misma versión: los españoles masacraron a los indígenas y se llevaron su oro. Una narrativa que, en algunos sectores, sigue latente. Un diplomático peruano amigo mío me comentó en una ocasión: "La visión victimista de la colonización española solo la promueven los socialistas autoritarios; ni siquiera los progresistas la apoyan ya". Tal vez tenga razón, al menos en el ámbito político. Sin embargo, el problema persiste cuando los gobiernos de la región siguen alimentando esta "leyenda negra". Hoy en día, la mayoría de los gobiernos en América Latina están en manos de la izquierda radical, y basta con preguntarles a Maduro, López Obrador o Petro qué opinan sobre la llegada de los españoles al continente en el siglo XVI para ver cómo perpetúan este discurso. No solo Marcelo Gullo se ha dedicado a desmontar esta leyenda negra. Muchos otros autores, tanto españoles como sudamericanos, han abordado el tema con rigor. No pretendo ser un experto, pero soy un firme defensor de que los españoles no fueron los monstruos que se retratan en algunos relatos. Para ello, citaré algunas ideas de autores relevantes que han investigado este tema en profundidad, a los que recomiendo leer si se quiere tener una perspectiva más completa. Un nombre clave es el de Borja Cardelús, escritor y naturalista español, quien en su obra “América Hispánica: la obra de España en el nuevo mundo, analiza las raíces de la "leyenda negra". Según Cardelús, esta se originó por tres razones: la política, debido al creciente poder de España desde el siglo XV y su rivalidad con potencias como Francia, Inglaterra y Holanda; la económica, motivada por la riqueza natural del continente; y la cultural-religiosa, ya que la expansión del cristianismo chocaba con los intereses de grupos poderosos, como la masonería. Estas motivaciones dieron pie a la construcción de una narrativa que, con el tiempo, fue adoptada por las potencias enemigas de España. El profesor Gullo, en una entrevista, señala al primer rey Borbón de España, Felipe V, como uno de los impulsores iniciales de esta leyenda. Al subir al trono tras la muerte de Carlos II sin descendencia, las cortes españolas comenzaron a promover obras teatrales donde la conquista era retratada como una causa de los males de España. Esto influyó en la percepción de la nobleza y, con el tiempo, en la del pueblo. Otro autor que merece mención es el historiador británico Henry Kamen. En su libro Defendiendo España, Kamen sostiene que, aunque la "leyenda negra" fue impulsada en parte desde fuera, su verdadero auge se dio en momentos de crisis internas. Durante la época napoleónica, por ejemplo, conservadores y liberales construyeron discursos que atacaban figuras como Felipe II, utilizando la historia de la conquista para proyectar sus luchas internas.
Por su parte, Alberto G. Ibáñez, en su obra La Leyenda Negra. Historia del odio a España, va más allá y señala que las potencias que criticaban a España por la conquista de América, como Inglaterra, Francia y Holanda, cometieron genocidios en Norteamérica, Australia, Asia y África sin sufrir una "leyenda negra" similar. Ibáñez también destaca figuras como Napoleón, a quien considera uno de los mayores genocidas de la historia, solo superado por Hitler.
Es importante cuestionar cómo un pequeño grupo de militares españoles pudo conquistar y someter a millones de personas en el continente americano. En Perú, por ejemplo, Francisco Pizarro llegó con apenas 160 hombres y consiguió derrotar al Inca Atahualpa con la ayuda de tribus locales enemigas del imperio inca. Un caso similar ocurrió en México con Hernán Cortés. No parece plausible que unos 5.000 o 6.000 militares pudieran haber exterminado a millones de personas y apropiarse de todo el oro en un lapso de 40 o 50 años. Finalmente, es injusto achacar la situación actual de América Latina a los conquistadores. Para entender los problemas actuales de la región, es necesario analizar lo ocurrido tras las independencias. Figuras como Simón Bolívar o Pancho Villa no fueron siempre los héroes que se nos quiere hacer creer, y la historia de la región es mucho más compleja de lo que dicta el discurso victimista que aún perdura.
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