12 agosto 2023

EAST ANGLIA.REINO UNIDO

 





Se necesitan dos años para aprender hablar y sesenta para aprender a callar.

Hernest Hemingway



Dos viajes, una misma emoción


A lo largo de dos viajes —uno en el verano de 2011 y otro en el de 2024— tuvimos la fortuna de explorar la región de East Anglia, descubriendo tanto sus joyas históricas como rincones menos conocidos. Aunque separados por trece años, ambos viajes estuvieron ligados por un mismo motivo: acompañar a nuestra hija Carmen en su estancia en la Universidad de Cambridge. Lo que comenzó como una experiencia familiar se convirtió en una aventura que, con el paso del tiempo, adquirió una dimensión intergeneracional.


Primera vez: verano de 2011


Llegamos por primera vez a Cambridge en 2011, con la intención de visitar a nuestra hija durante su estancia de tres meses en la Universidad. La ciudad nos cautivó de inmediato. Recorrimos algunos de sus colleges más emblemáticos: Trinity, St. John’s, King’s y Pembroke, todos con una belleza serena y una arquitectura que invita al recogimiento y la contemplación. Los jardines, las fachadas antiguas y los caminos empedrados evocaban siglos de tradición académica.

Uno de los momentos más memorables fue el paseo por la ribera del río Cam, donde pudimos fotografiar el Puente de los Suspiros, un rincón que parece sacado de una postal. Además de su aire intelectual, la ciudad nos ofreció una variedad culinaria sorprendente, con restaurantes de cocina internacional que enriquecieron la experiencia.


Catedral de Ely


Excursión a Ely


Aprovechando la cercanía, visitamos Ely, una pequeña localidad al norte de Cambridge. Su Catedral gótica, con una impresionante torre octogonal, dominaba el paisaje. Recorrimos su interior, deteniéndonos ante los ventanales y el techo pintado, auténticas obras de arte medieval. También visitamos la casa de Oliver Cromwell, hoy convertida en museo, que nos permitió acercarnos a la vida cotidiana del siglo XVII.


calle de Newmarkt


Otros destinos de 2011


Tras dejar Cambridge, exploramos la costa y otros pueblos históricos de East Anglia. Entre los lugares que más nos impresionaron se encuentran:

  • Huntingdon, con su acantilado de capas sedimentarias rojas, blancas y pardas, aunque una fuerte lluvia nos impidió disfrutar más del lugar.

  • Blakeney, un pequeño puerto donde, con la marea baja, los barcos quedaban varados a cientos de metros del mar.

  • Newmarket y Coggeshall, este último con su peculiar torre azul.

  • Lavenham, quizá el pueblo más bonito de la región, con sus casas de entramado de madera perfectamente conservadas, calles empedradas y ambiente medieval.

  • Colchester, la ciudad más antigua de Inglaterra, donde el pasado romano y medieval sigue presente en su castillo normando y sus murallas.



College en Cambridge


Regreso en 2024: nuevas generaciones, nuevas miradas


Trece años después, en julio de 2024, regresamos a Cambridge, esta vez con una nueva generación. Nuestra hija Carmen volvía a la Universidad, pero ahora nos recibía junto a su esposo y sus dos hijos. El alojamiento familiar se encontraba algo más alejado del centro, lo que nos obligaba a cruzar prados donde las vacas pastaban en libertad. Una imagen idílica que reflejaba la tranquilidad del entorno rural inglés.

Durante los dos días que pasamos allí, volvimos a visitar algunos de nuestros colleges favoritos y descubrimos Selwyn College, cercano al lugar donde Carmen trabajaba. El paseo por la ciudad, esta vez con los nietos corriendo por los jardines, nos ofreció una perspectiva nueva y entrañable de un lugar ya conocido.


Catedral de Peterbourough

Excursión a Peterborough


En esta ocasión, también hicimos una escapada a Peterborough, a donde llegamos en tren. Desde la estación caminamos hasta Cathedral Square, donde el Guildhall —un edificio cívico del siglo XVII— nos sorprendió por su elegancia. Visitamos también la catedral y la iglesia de St. John’s, antes de hacer una pausa para tomar un café en uno de los locales del centro. Fue una visita breve, pero agradable, que añadió otro fragmento histórico a nuestro viaje.


A lo largo de estos dos viajes, East Anglia nos reveló su esencia a través de ciudades universitarias, pueblos medievales y paisajes costeros. Lo que comenzó como una visita para acompañar a nuestra hija, terminó por convertirse en una experiencia de familia ampliada, donde los recuerdos del pasado se entrelazaron con nuevas vivencias.

Desde la elegancia de Cambridge hasta los rincones con encanto de Suffolk y Essex, cada parada nos dejó una huella. Y así, East Anglia se convirtió en algo más que un destino: en un lugar de reencuentro, aprendizaje y memoria compartida. Un lugar al que, sin duda, volveremos.






05 agosto 2023

VALLE DEL LOIRA.

 














El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho.”

 

Miguel de Cervantes


Viaje al Valle del Loira (Noviembre 2011)


Cómo organizamos el viaje


Organizar mi viaje al Valle del Loira fue una experiencia gratificante. Decidí viajar en el mes de noviembre de 2011, a pesar de las pocas horas de luz, para evitar aglomeraciones. En casi todos los castillos que visitamos, apenas coincidimos con otros turistas, lo que permitió disfrutar de cada lugar con calma.
Volamos con Vueling desde Alicante al aeropuerto de París Orly. Allí recogimos el coche de alquiler reservado previamente y emprendimos el viaje hacia Orleans, donde nos alojamos durante seis noches (del 6 al 12 de noviembre) en el Hotel Ibis Centre Foch. La última noche dormimos cerca del aeropuerto para facilitar el regreso.
Desde Orleans hicimos excursiones diarias por la región, desayunando en el hotel y comiendo/cenando en restaurantes locales, salvo una noche que cenamos allí mismo.

Castillos y lugares visitados


Orleans

Orleans es una ciudad encantadora y rica en historia. Comenzamos el viaje con una jornada dedicada a descubrir sus principales monumentos:

  • Plaza Juana de Arco, símbolo de la ciudad.

  • La Catedral de Orleans, una joya del gótico.

  • Casas medievales, plazas y el Muelle de Châtelet junto al Loira.

  • El Ayuntamiento, un antiguo palacio renacentista que destaca por su elegancia.

Orleans resultó ser un lugar perfecto para establecer nuestra base de operaciones.


Castillo Chambord

Castillo de Chambord 8 de noviembre

El Castillo de Chambord es el más majestuoso del Valle del Loira. Construido en el siglo XVI, cuenta con más de 400 habitaciones y una famosa escalera de doble hélice, en la que colaboró Leonardo da Vinci.

Fue utilizado por Luis XIV y posteriormente expropiado por el Estado francés. Es uno de los castillos más impresionantes tanto por su arquitectura como por el entorno natural que lo rodea.

Castillo de Blois

Situado a orillas del río Loira, Blois nos fascinó con su castillo medieval-renacentista, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Entre sus elementos más destacados:

  • Salones decorados con escudos y blasones.

  • Un conjunto arquitectónico que refleja distintas épocas.

  • Estuvo a punto de ser demolido tras la Revolución, pero fue salvado al usarse como cuartel.


Castillo de Cheverny

Este castillo del siglo XVII, sin torres ni aspecto militar, se mantiene inalterado desde su construcción. Conserva mobiliario original y es conocido por:

  • Inspirar el castillo de Moulinsart en las aventuras de Tintín.

  • Tener una gran perrera de perros de caza, mezcla de razas inglesas y francesas.

  • Ser propiedad de la misma familia desde hace siglos.


    Castillo Villasevin

Castillo de Villasevin

Un castillo poco conocido, que no figura en las guías turísticas. Lo visitamos de regreso de Cheverny. Aunque algo abandonado, conserva:

  • Colecciones de vestidos, carruajes y utensilios antiguos.

  • Una capilla con frescos del siglo XV/XVI, sin restaurar.

  • Un gran palomar y bonitos patios interiores.


🔎 Interesante por haber sido propiedad del arquitecto de Chambord.

Pueblos con encanto: Meung-sur-Loire y Beaugency




Meung-sur-Loire:

Pequeño pueblo donde intentamos visitar el castillo (cerrado ese día). Leí que allí arranca la novela Los Tres Mosqueteros.


Beaugency

Beaugency:

Pintoresco, con:

  • Restos de una torre medieval.

  • Plaza dedicada a Juana de Arco.

  • Iglesias del siglo XV.

  • Balcones floridos y calles solitarias que invitan al paseo.

Castillo de Chenonceau

Este castillo, que se alza sobre el río Cher, es de los más bonitos de la región. Rodeado de jardines diseñados por mujeres históricas y atravesado por una galería con vistas al agua.

En su interior:

  • Salones decorados con tapices y mobiliario de época.

  • La famosa Galería Grande, donde se celebraban bailes.

  • Viñedos y tienda de vinos en la finca.


Castillo de Villandry

Este castillo fue restaurado por Joaquín Carvallo, extremeño, y su esposa Anna Coleman, en el siglo XX.

Lo más destacado:

  • Jardines cuidados con geometrías perfectas, incluso en noviembre.

  • Interior con muebles del siglo XX y una atmósfera diferente a otros castillos.

  • Tras la visita, paramos en Tours, donde nos sorprendió su precioso casco histórico.


    Tours

Tours

Ciudad universitaria y vibrante. Visitamos:

  • Su catedral gótica, bien conservada.

  • Casas medievales de madera.

  • La Colegiata de San Martín de Tours.

  • Plazas animadas y restaurantes con encanto.

Castillo Amboise

Amboise


Aunque el castillo estaba cerrado, paseamos por su casco antiguo. Leonardo da Vinci vivió sus últimos días aquí, invitado por Francisco I.

  • Calles empedradas.

  • Casas tradicionales de entramado de madera.

  • Magníficas vistas del castillo desde la orilla del río.


Vendome


Vendôme 11 de noviembre – festivo en Francia


Ciudad silenciosa ese día. Visitamos:

  • Puerta de San Jorge.

  • La Abadía de la Santísima Trinidad.

  • Casco urbano con canales y un aire nostálgico.

Versalles

Versalles (fuera del Loira)


Dedicamos el último día a la visita del Palacio de Versalles:

  • Salones históricos llenos de arte.

  • Jardines clásicos con fuentes y esculturas.

  • Exposición temporal con muebles contemporáneos.


 
 
 
 

29 julio 2023

PARIS

 








La vida es aquello que te va sucediendo mientras tu te empeñas en hacer otros planes.
 

John Lennon





París: Tres viajes, tres estaciones, una ciudad inagotable


A lo largo de tres viajes a París —en febrero de 2008, junio de 2010 y junio de 2013, hemos conocido la ciudad bajo diferentes luces, climas y estados de ánimo. Cada visita nos ofreció una experiencia distinta: desde el frío radiante del invierno hasta la lluvia persistente del verano. París, inmensa, vibrante y monumental, nunca se repite.

 Primer viaje: Invierno dorado (febrero de 2008)

Nuestro primer viaje a París, entre el 8 y el 12 de febrero de 2008, fue probablemente el más especial. Contra todo pronóstico, nos recibió un tiempo espléndido: cielos despejados, luz dorada y frío seco, ideal para recorrer la ciudad a pie.

Nos alojamos en el Hotel Ibis de la Plaza de Italia, muy bien conectado con el metro, lo que nos permitió trazar rutas eficientes cada mañana. Caminábamos mucho —a veces más de 13 kilómetros al día— combinando tramos en transporte público con largos paseos urbanos.

Entre los grandes recuerdos de este primer viaje destacan:

  • La subida a la Torre Eiffel, donde desayunamos en la segunda planta con unas vistas inolvidables de París.

  • El paseo completo por los Campos Elíseos, desde el Arco de Triunfo hasta el Museo del Louvre.

  • La visita al Museo de Orsay, cuyas colecciones impresionistas y postimpresionistas nos cautivaron por completo.

  • La Basílica del Sagrado Corazón en Montmartre, desde donde contemplamos la ciudad al atardecer.

Fue un viaje pausado, luminoso y lleno de descubrimientos, que sentó las bases de nuestro amor por París.


Segundo viaje: París entre lluvia y fútbol (junio de 2010)

Volvimos a París en junio de 2010, esta vez con algo menos de suerte en el clima. La lluvia fue intermitente, aunque nunca llegó a empañar del todo la experiencia. Viajamos con Ryanair hasta el aeropuerto de París-Beauvais, bastante alejado del centro, y nos alojamos en el Hotel Acacias Étoile, cerca del Arco de Triunfo.

El hotel no fue lo más cómodo: habitación pequeña, ascensor anticuado y un ambiente algo justo, pero la ubicación nos compensó. Aprovechamos para visitar rincones que no habíamos conocido en 2008, como:

  • La Iglesia de la Madeleine.

  • Nuevamente el Museo del Louvre, aunque esta vez la sala de la Mona Lisa estaba atestada de turistas.

Coincidimos además con el comienzo del Mundial de Fútbol 2010, que ganó España. Se vivía un ambiente festivo y cosmopolita. Pantallas gigantes se instalaron junto a la Torre Eiffel, y ver los partidos allí fue una experiencia única: deporte e historia compartiendo escenario.



Tercer viaje: París bajo el agua (junio de 2013)

Nuestro tercer viaje a París, también en junio pero del año 2013, estuvo marcado por la lluvia constante. Los cielos grises y el ambiente húmedo dominaron todos los días, especialmente el último, que nos regaló un auténtico diluvio. Aun así, decidimos aprovecharlo visitando monumentos cubiertos y exposiciones:

  • Exploramos por dentro el Complejo de los Inválidos y la tumba de Napoleón, cuya solemnidad nos impresionó.

  • Nos acercamos al Museo del Ejército, dentro del mismo complejo, donde vimos una rica colección de uniformes, armas y objetos históricos.

Uno de los barrios que siempre hemos disfrutado es el Barrio Latino, al que volvimos en este viaje. Visitamos:

  • El Panteón, donde descansan figuras clave de la historia francesa.

  • La Facultad de Derecho de la Sorbona y su iglesia, un recorrido que reforzó la conexión entre París y su historia intelectual.

Pese al clima, hicimos un crucero por el río Sena, con el que navegamos bajo los puentes históricos mientras París se presentaba envuelta en un gris melancólico y hermoso.

Nos alojamos esta vez cerca de la estación de Montparnasse, lo que nos permitió visitar también el Cementerio de Montparnasse, donde yacen Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Julio Cortázar y César Vallejo, entre otros. Un paseo íntimo y literario.



Una ciudad que no se agota

Después de tres viajes y doce días explorando sus calles, museos, plazas y cafés, podemos decir que París sigue siendo inagotable. Cada visita nos mostró una cara diferente: la luz dorada del invierno, la energía veraniega del fútbol, la melancolía de los días lluviosos…

Sabemos que aún quedan muchos rincones por descubrir, y confiamos en que, más pronto que tarde, volveremos a pasear por sus bulevares, cruzar sus puentes y sentarnos en una terraza frente a un café, redescubriendo la ciudad de siempre con ojos nuevos.

Video: París – Recuerdos de tres viajes inolvidables

23 julio 2023

BAVIERA. ALEMANIA

 









Solo le falta tiempo a quien no sabe aprovecharlo.



Viaje a Baviera y Salzburgo (Agosto 2012)


¿Cómo organicé el viaje?


Para llegar a Baviera, volamos desde Alicante hasta Múnich con la compañía Air Berlin. Desde el aeropuerto tomamos un tren de cercanías hasta la estación central de Múnich, punto neurálgico desde donde partían nuestras excursiones. Todos los desplazamientos regionales los realizamos en tren, con billetes previamente adquiridos a través de la web de los ferrocarriles alemanes. Las estaciones de las ciudades que visitamos estaban en pleno centro, lo que nos evitó tener que tomar taxis o autobuses adicionales.

Catedral y Ayuntamiento de Munich

 

Múnich, capital bávara

Desde Múnich realizamos tres excursiones (a Augsburgo, Füssen y Salzburgo) y dedicamos también tres días completos a conocer la ciudad.

Aunque Múnich fue muy dañada durante la Segunda Guerra Mundial, su centro histórico ha sido cuidadosamente reconstruido, respetando las estructuras originales. Durante nuestra estancia visitamos:

  • La Catedral de Múnich (Frauenkirche), parcialmente restaurada tras la guerra.

  • El Ayuntamiento nuevo, de estilo neogótico, ubicado en una de las calles principales.

  • Las iglesias de San Miguel, de gran interés, y especialmente la Asamkirche, que se conservó intacta y es una joya del barroco alemán.

  • La iglesia de los Teatinos y San Cayetano, que dibujé en mi cuaderno de viaje; su interior barroco es digno de admiración.

  • El Palacio de Nymphenburg, al que llegamos en tranvía. Se encuentra a las afueras y fue una de las visitas más imponentes.

  • El barrio universitario, con edificios modernos y neoclásicos.

  • El Allianz Arena, estadio del FC Bayern Múnich, del que solo vimos el exterior.


    Fussen y castillo de Neuschwasteim


Füssen y el castillo de Neuschwanstein


Desde Múnich tomamos un tren hacia Füssen, una encantadora localidad donde se encuentra uno de los castillos más fotografiados del mundo: Neuschwanstein.

Duración del trayecto: 2 horas

 Entradas: Compradas con antelación por internet (muy recomendable)

Al llegar a Füssen desayunamos en la parte antigua del pueblo. Luego subimos al castillo, tras recoger las entradas en la taquilla situada a los pies de la colina. La visita fue a las 12:00 y, aunque no está permitido fotografiar su interior, la experiencia fue inolvidable.

Este castillo fue mandado construir por Luis II de Baviera, conocido como “el rey loco”, muy amigo del compositor Richard Wagner. Su interior está decorado al estilo neobizantino, y el conjunto recuerda un escenario de cuento de hadas.

Desde las alturas, también se aprecia el cercano castillo de Hohenschwangau, que solo vimos desde fuera. Tras comer y pasear de nuevo por Füssen, regresamos a Múnich.

Duración del trayecto: 30 minutos en tren

Ayuntamiento de Ausburgo

Augsburgo

Augsburgo, capital de la región de Suabia, es otra ciudad que fue fuertemente reconstruida tras la Segunda Guerra Mundial. No obstante, conserva algunos elementos originales, como partes de su catedral.

Durante la visita vimos:

  • El Ayuntamiento renacentista, con salas decoradas ricamente en su interior.

  • La Basílica de San Ulrico y Santa Afra, ejemplo del gótico alemán, que contiene obras renacentistas.

  • El barrio Fuggerei, considerado el primer complejo de viviendas sociales del mundo, fundado en el siglo XVI.

  • La Torre Roja y diversas fuentes distribuidas por toda la ciudad, muy bien integradas en su entorno urbano.

Vista de Salzburgo

 Salzburgo

 Duración del trayecto: 1 hora y media en tren

Salzburgo, aunque pertenece a Austria, se encuentra muy cerca de la frontera con Baviera. Fue una de las excursiones más placenteras del viaje.

Desde la estación caminamos hasta el centro, bordeando el río Salzach, lo que nos permitió admirar la silueta de la ciudad con el castillo de Hohensalzburg al fondo.

Entre lo más destacado de la visita:

  • La Catedral barroca, con un interior espléndido.

  • Las calles del casco antiguo, con fachadas elegantes y patios escondidos.

  • El cementerio de San Pedro, con tumbas del siglo XVIII y XIX, muy cuidado y pintoresco.

  • La casa natal de Mozart, situada en la famosa calle Getreidegasse.

  • Vistas panorámicas del castillo desde la ciudad baja.

Salzburgo, conocida por su vínculo con Mozart, ofrece un ambiente tranquilo y lleno de encanto. Fue una jornada muy completa y recomendable.

Este primer viaje a Baviera y a la cercana Austria nos dejó imágenes inolvidables, arquitectura magnífica y ciudades llenas de historia. Utilizar el tren como medio de transporte fue cómodo y eficiente, y alojarnos cerca de la estación central de Múnich facilitó la logística diaria.

Fechas: 6 al 13 de agosto de 2012

Desplazamientos: Tren regional alemán

Base: Hotel Eurostars en Múnich

Visitas: Múnich, Füssen, Augsburgo, Salzburgo



BERLIN



Gendarmenmarkt 



A lo mejor no tienes la vida que soñaste, pero posiblemente tienes la vida que muchos sueñan.

Anónimo



Berlín

En el verano de 2009, veinte años después de la caída del Muro de Berlín, tuvimos la oportunidad de visitar esta fascinante ciudad. El muro, que dividió a Berlín durante 28 años, fue levantado en agosto de 1961 y cayó en noviembre de 1989. Con este contexto histórico en mente, partimos desde Alicante y nos alojamos en el Hotel Meliá Berlín, situado cerca del río Spree, que serpentea a través de la capital alemana.

Como muchas ciudades que sufrieron los estragos de la Segunda Guerra Mundial, Berlín ha tenido que reconstruir gran parte de su patrimonio. A pesar de ello, conserva un encanto único que merece ser explorado.


Punto Charly


 El Berlín moderno 

Uno de los puntos más destacados es la Potsdamer Platz, una zona vibrante con imponentes edificios contemporáneos, entre ellos el famoso Sony Center, un icono de la arquitectura moderna. Esta área refleja perfectamente el renacer de Berlín como ciudad cosmopolita, mezclando historia y vanguardia.

A poca distancia, visitamos el Monumento al Holocausto, ubicado cerca de la emblemática Puerta de Brandeburgo. Este memorial, conmovedor y sobrio, es una visita imprescindible para comprender la profundidad de la historia reciente de Alemania.

Museos y memoria histórica

Uno de los lugares que más me impresionó fue el Museo de Pérgamo (Pergamonmuseum), que alberga una extraordinaria colección de arte antiguo. Me fascinó especialmente la sección dedicada a las culturas persa y del Medio Oriente. Este museo es una joya cultural que permite viajar al pasado sin salir del presente.

En otro momento del viaje, visitamos Alexanderplatz, donde destaca el Reloj Mundial (Urania-Weltzeituhr), símbolo de la época comunista. Es uno de esos rincones donde el Berlín del Este aún deja sentir su huella.

Puerta de Brandemburgo

Paseos por la ciudad

Uno de nuestros itinerarios favoritos fue recorrer la avenida Unter den Linden, que conecta la Isla de los Museos con la Puerta de Brandeburgo, atravesando lugares tan emblemáticos como:

  • La Ópera Estatal

  • La Universidad Humboldt

  • El Museo de Historia

  • La Biblioteca Nacional


Disfrutábamos de las vistas hacia el Berliner Dom (Catedral de Berlín) en un extremo, mientras que en el otro nos esperaba la Puerta de Brandeburgo, presidiendo la Plaza de París.

Kufürstendamm y Tiergarten

Dedicamos una jornada a explorar la zona comercial de Kufürstendamm, una de las principales avenidas de Berlín. Tomamos el autobús desde nuestro hotel y recorrimos los grandes almacenes. Almorzamos en el Hard Rock Café, y después nos dirigimos al inmenso parque del Tiergarten, donde subimos a la Columna de la Victoria (Siegessäule). Desde lo alto, las vistas panorámicas del parque y de la ciudad fueron simplemente espectaculares.

Reichstag y el muro 

Otro punto esencial fue el Reichstag, sede del Parlamento alemán. Pudimos entrar a su interior y visitar la cámara de los diputados. Su imponente cúpula acristalada y su carga simbólica lo convierten en un lugar esencial en cualquier visita a Berlín.

En los alrededores, cerca del río Spree, descubrimos memoriales dedicados a quienes murieron intentando cruzar el Muro. Ver fragmentos del muro aún en pie fue una experiencia impactante y necesaria.


 VisitBerlin – Sitio oficial de turismo de Berlín



Consejos y recomendaciones

Transporte

En 2009, Berlín contaba con dos aeropuertos principales. Nosotros llegamos al Aeropuerto de Tegel, el más cercano al centro. Desde allí tomamos un autobús directo al hotel. Para el regreso, contratamos un traslado privado, lo que resultó una opción cómoda tras días intensos de visitas.

Alojamiento

El Meliá Berlín fue una excelente elección: moderno, bien situado y con un servicio impecable. También recomiendo cadenas como Eurostars y Accor, que suelen contar con personal que habla español, ideal para quienes no dominan el idioma alemán.

Gastronomía

Aunque no suelo centrar mis viajes en la gastronomía, me sorprendió gratamente la variedad culinaria de Berlín. Descubrimos una franquicia especializada en pescado donde disfrutamos de una comida muy agradable. La diversidad cultural de la ciudad se refleja en sus platos y en la facilidad para encontrar opciones buenas sin necesidad de grandes búsquedas.

Berlín es una ciudad que respira historia en cada esquina, pero que también mira con decisión al futuro. Desde sus monumentos emblemáticos hasta sus museos de categoría mundial, pasando por sus espacios verdes y su ambiente multicultural, ofrece una experiencia rica y completa.

Un viaje de tres o cuatro días permite descubrir lo esencial de esta ciudad, pero siempre quedan rincones por explorar. Berlín no se olvida fácilmente: es un lugar donde el pasado sigue presente y el futuro se construye con cada paso.




















CARTAGENA Y LORCA DESDE EL CAMPELLO