29 septiembre 2023

CUENCA. VIENDO ALGUNOS LUGARES.


 


Cuatro cosas hay que nunca vuelven mas: una bala disparada, una palabra hablada, un tiempo pasado y una ocasión desaprovechada.


  • Belmonte
  • Segóbriga
  • Uclés
  • Palomeras
  • Ciudad encantada
Plaza del Ayuntamiento de Cuenca y Catedral


Viaje por la provincia de Cuenca: entre fortalezas, piedras y paisajes


Durante el otoño de 2022, tuvimos la oportunidad de adentrarnos en la provincia de Cuenca, una tierra cargada de historia, paisajes y sorpresas. Nuestro destino principal fue el pintoresco pueblo de Belmonte, donde pasamos dos noches (15 y 16 de noviembre), pero el viaje incluyó varias paradas en lugares que bien merecen ser contados.


Chinchilla de Montearagón


Nuestra primera parada fue en Chinchilla, una población albaceteña que siempre llama la atención desde la autovía. Aprovechamos la ruta para visitar su castillo, visible desde kilómetros a la redonda, y caminar entre sus casas cueva, que aportan un encanto singular al conjunto urbano. Un lugar breve pero con personalidad.

Segóbriga: el esplendor romano en La Mancha

De allí continuamos hasta uno de los conjuntos arqueológicos más relevantes del interior peninsular: Segóbriga, antigua ciudad celtibérica transformada por la romanización en un próspero centro urbano.

Caminar entre sus restos es retroceder en el tiempo. El anfiteatro, el teatro excavado en la roca, el foro, las termas, los templos y acueductos revelan una ciudad viva y organizada, que albergó una notable actividad económica y cultural. La visita, bien señalizada y tranquila, resulta muy recomendable.


Vista Monasterio y Castillo Uclés

Monasterio de Uclés

Nuestra siguiente parada fue el Monasterio de Uclés, una imponente construcción sobre una antigua fortaleza. Apodado a menudo como el “Escorial manchego”, este edificio domina la localidad desde lo alto y ofrece una visión global de la evolución de la arquitectura religiosa y militar entre los siglos XVI y XVII.

El interior se puede visitar con guía o por libre. Es un lugar que respira historia en cada sala y que destaca por su majestuosidad y serenidad.


Belmonte y su castillo

Llegamos a última hora a Belmonte, donde nos alojamos en el Hotel Palacio Buenavista, un establecimiento cómodo y con la ventaja de aceptar mascotas. La tarde la dedicamos a pasear por el pueblo, tranquilo y bien conservado.

Al día siguiente, subimos al castillo de Belmonte, una fortaleza gótico-mudéjar de mediados del siglo XV, mandada construir por Juan Pacheco, marqués de Villena. Es uno de los castillos mejor conservados de Castilla-La Mancha.

Su Torre del Homenaje, los salones restaurados, la capilla y las vistas desde lo alto del recinto hacen que la visita merezca especialmente la pena. Fue restaurado en el siglo XIX por el arquitecto francés Viollet-le-Duc, lo que añade un matiz interesante a su historia constructiva.


Palomera y ruta por las pozas


Desde Belmonte, nuestra siguiente escapada fue hacia Palomera, una pequeña población de apenas 150 habitantes, ideal como base para hacer rutas de senderismo suaves. Nos alojamos en Casa Gabriela, en un estudio sencillo, cómodo y con acceso para mascotas.

Elegimos la ruta de las Pozas, un recorrido fácil de unos 6 km que parte desde el puente medieval y discurre junto al río Huécar. Muy recomendable para una mañana tranquila. También aprovechamos para desplazarnos a Cuenca capital, donde paseamos por la plaza del Ayuntamiento, tapear y volver a conectar con esa ciudad que ya conocíamos.


Ciudad Encantada

Una de las visitas imprescindibles fue la Ciudad Encantada, en el corazón de la Serranía de Cuenca, concretamente en Valdecabras. Este conjunto natural de formaciones kársticas moldeadas por la erosión del agua y el viento sobre calizas del antiguo mar de Thetis, ofrece un paisaje singular.

Desde 1929 está protegido como Sitio Natural de Interés Nacional. Las figuras de piedra adoptan formas caprichosas: “la cara del hombre”, “el perro”, “el elefante”… Un recorrido tranquilo y bien indicado, perfecto para todas las edades.

 

Cuenca capital: entre historia y arquitectura

En Cuenca aprovechamos para pasear de nuevo por el centro histórico, con su plaza del Ayuntamiento, sus calles empedradas, y la imponente Catedral, que con su fachada neogótica sigue marcando la silueta de la ciudad.

La visita fue breve, pero suficiente para reencontrarnos con la ciudad, antes de regresar a casa.

Este viaje por la provincia de Cuenca nos permitió redescubrir su riqueza cultural y natural: castillos, monasterios, restos romanos, rutas entre ríos, y ciudades esculpidas en piedra. Cuenca, en su conjunto, ofrece una diversidad de paisajes y monumentos que invitan a volver.


02 septiembre 2023

AGOSTO EN NAVARRA





El mundo ha sido creado para ser recreado.

Georges Duhamel


,

  • Roncesvalles (Navarra) y San Juan de Pie del Puerto (Francia). Paso por Espinal
  • Monasterio de Leyre y Castillo de Javier en Navarra
  • Monasterio de Santa Maria de Eunate y Puente la Reina en Navarra
  • Sos del Rey Católico (Zaragoza) y Olite en Navarra
  • El Baztán (Elizondo y Monasterio de Urdax) 


Regreso a Navarra: entre recuerdos, paisajes y patrimonio


Viví en Navarra desde mayo de 1974 hasta 1978. Desde entonces, solo había regresado en un par de ocasiones, ambas breves y centradas en Pamplona. Una fue en 2003, por un acto institucional; la otra, en 2004, alojado en un hotel a las afueras, de camino hacia otro destino. Esta última visita, en agosto de 2023, tuvo un carácter muy distinto: fue un regreso lleno de memoria, emoción y redescubrimiento. Casi 45 años después, volví a recorrer lugares que me habían acompañado durante aquella etapa de mi vida.

 Base en Noáin


Nos alojamos en el Hotel Ibis Style de Noáin, a unos 15 km de Pamplona, desde donde nos movimos cómodamente por la región entre los días 7 y 10 de agosto. Fue un punto de partida estratégico para las excursiones programadas, que incluyeron tanto paisajes naturales como patrimonio histórico y espiritual.

 Roncesvalles y San Juan de Pie del Puerto


El 9 de agosto salimos desde Noáin hacia Roncesvalles, donde visitamos su Colegiata, el conjunto monumental y tomamos un café antes de seguir hasta el alto de Ibañeta. Desde allí descendimos hacia Valcarlos y cruzamos la frontera con Francia. Ya en el lado francés, tras pasar Arnegy, llegamos a San Juan de Pie del Puerto (Saint-Jean-Pied-de-Port), una localidad encantadora del País Vasco francés.

Paseamos por sus calles empedradas y comimos allí mismo antes de regresar por la misma ruta. De camino hicimos una parada en Espinal, otro bonito pueblo situado entre Roncesvalles y Burguete.



Monasterio de Leyre y Castillo de Javier


A esta excursión dedicamos una jornada completa. En Leyre, visitamos su cripta románica, auténtica joya medieval, y la basílica, donde reposan algunos reyes navarros. Luego nos dirigimos al Castillo de Javier, donde había estado ya en los años 70. En esta ocasión lo encontramos remodelado, con varias salas convertidas en museo. Es el lugar de nacimiento de San Francisco Javier, patrón de las misiones.

 

Sos del Rey Católico y Olite


Ese mismo día nos desplazamos a Sos del Rey Católico, donde paseamos por su casco antiguo y comimos en el Parador Nacional. Es una localidad tranquila, muy bien conservada, y famosa por haber sido escenario del rodaje de La Vaquilla (1985), de Luis García Berlanga.

Después de comer, pusimos rumbo al Castillo de Olite, una impresionante residencia real de los reyes de Navarra durante los siglos XIII y XIV. A pesar del paso del tiempo, el castillo sigue en excelente estado de conservación, y su visita resulta imprescindible.

Eunate y Puente la Reina


Una tarde más tranquila nos llevó a dos lugares ligados al Camino de Santiago. Primero, la ermita de Santa María de Eunate, pequeña y de planta circular, uno de los ejemplos más singulares del románico español. Aunque estaba cerrada, su exterior justifica la visita.

A pocos minutos, llegamos a Puente la Reina, donde paseamos por su casco histórico y fotografiamos su puente románico, paso obligado de los peregrinos que vienen desde San Juan de Pie del Puerto.


Valle del Baztán y Zugarramurdi


El Valle del Baztán, y especialmente Elizondo, fue uno de los destinos que más ilusión le hacía visitar a Carmen. Escenario de las novelas de Dolores RedondoEl guardián invisible fue la única película que vimos basada en la trilogía.

Paseamos por Elizondo, cuyas casas estaban adornadas con flores. Luego nos dirigimos a Zugarramurdi con la idea de visitar sus cuevas, pero al llegar no encontramos señalización clara y el aparcamiento estaba saturado, así que dimos media vuelta. Antes de regresar, paramos en el Monasterio de Urdax, donde estuvimos alrededor de una hora.



Pamplona, ciudad transformada


El regreso a Pamplona fue una experiencia especialmente nostálgica. La ciudad ha cambiado mucho. La Avenida de Carlos III, que antes era de doble sentido para vehículos, hoy es peatonal, al igual que buena parte del casco antiguoy la Plaza del Castillo.

Pasear por las calles de siempre y llegar andando hasta la catedral me resultó emocionante. La ciudad ha ganado en calidad urbana sin perder su esencia. Para llegar desde Noáin, optamos por el autobús urbano, una decisión práctica, ya que los aparcamientos en el centro son caros y escasos.

Este regreso a Navarra, 45 años después, fue mucho más que un viaje: fue una reconciliación con el tiempo, un reencuentro con paisajes, recuerdos y rincones cargados de significado. Una tierra que sigue siendo tan acogedora como siempre, con una oferta natural, patrimonial y cultural que invita a regresar una y otra vez.
















 

 
 
 


12 agosto 2023

EAST ANGLIA.REINO UNIDO

 





Se necesitan dos años para aprender hablar y sesenta para aprender a callar.

Hernest Hemingway



Dos viajes, una misma emoción


A lo largo de dos viajes —uno en el verano de 2011 y otro en el de 2024— tuvimos la fortuna de explorar la región de East Anglia, descubriendo tanto sus joyas históricas como rincones menos conocidos. Aunque separados por trece años, ambos viajes estuvieron ligados por un mismo motivo: acompañar a nuestra hija Carmen en su estancia en la Universidad de Cambridge. Lo que comenzó como una experiencia familiar se convirtió en una aventura que, con el paso del tiempo, adquirió una dimensión intergeneracional.


Primera vez: verano de 2011


Llegamos por primera vez a Cambridge en 2011, con la intención de visitar a nuestra hija durante su estancia de tres meses en la Universidad. La ciudad nos cautivó de inmediato. Recorrimos algunos de sus colleges más emblemáticos: Trinity, St. John’s, King’s y Pembroke, todos con una belleza serena y una arquitectura que invita al recogimiento y la contemplación. Los jardines, las fachadas antiguas y los caminos empedrados evocaban siglos de tradición académica.

Uno de los momentos más memorables fue el paseo por la ribera del río Cam, donde pudimos fotografiar el Puente de los Suspiros, un rincón que parece sacado de una postal. Además de su aire intelectual, la ciudad nos ofreció una variedad culinaria sorprendente, con restaurantes de cocina internacional que enriquecieron la experiencia.


Catedral de Ely


Excursión a Ely


Aprovechando la cercanía, visitamos Ely, una pequeña localidad al norte de Cambridge. Su Catedral gótica, con una impresionante torre octogonal, dominaba el paisaje. Recorrimos su interior, deteniéndonos ante los ventanales y el techo pintado, auténticas obras de arte medieval. También visitamos la casa de Oliver Cromwell, hoy convertida en museo, que nos permitió acercarnos a la vida cotidiana del siglo XVII.


calle de Newmarkt


Otros destinos de 2011


Tras dejar Cambridge, exploramos la costa y otros pueblos históricos de East Anglia. Entre los lugares que más nos impresionaron se encuentran:

  • Huntingdon, con su acantilado de capas sedimentarias rojas, blancas y pardas, aunque una fuerte lluvia nos impidió disfrutar más del lugar.

  • Blakeney, un pequeño puerto donde, con la marea baja, los barcos quedaban varados a cientos de metros del mar.

  • Newmarket y Coggeshall, este último con su peculiar torre azul.

  • Lavenham, quizá el pueblo más bonito de la región, con sus casas de entramado de madera perfectamente conservadas, calles empedradas y ambiente medieval.

  • Colchester, la ciudad más antigua de Inglaterra, donde el pasado romano y medieval sigue presente en su castillo normando y sus murallas.



College en Cambridge


Regreso en 2024: nuevas generaciones, nuevas miradas


Trece años después, en julio de 2024, regresamos a Cambridge, esta vez con una nueva generación. Nuestra hija Carmen volvía a la Universidad, pero ahora nos recibía junto a su esposo y sus dos hijos. El alojamiento familiar se encontraba algo más alejado del centro, lo que nos obligaba a cruzar prados donde las vacas pastaban en libertad. Una imagen idílica que reflejaba la tranquilidad del entorno rural inglés.

Durante los dos días que pasamos allí, volvimos a visitar algunos de nuestros colleges favoritos y descubrimos Selwyn College, cercano al lugar donde Carmen trabajaba. El paseo por la ciudad, esta vez con los nietos corriendo por los jardines, nos ofreció una perspectiva nueva y entrañable de un lugar ya conocido.


Catedral de Peterbourough

Excursión a Peterborough


En esta ocasión, también hicimos una escapada a Peterborough, a donde llegamos en tren. Desde la estación caminamos hasta Cathedral Square, donde el Guildhall —un edificio cívico del siglo XVII— nos sorprendió por su elegancia. Visitamos también la catedral y la iglesia de St. John’s, antes de hacer una pausa para tomar un café en uno de los locales del centro. Fue una visita breve, pero agradable, que añadió otro fragmento histórico a nuestro viaje.


A lo largo de estos dos viajes, East Anglia nos reveló su esencia a través de ciudades universitarias, pueblos medievales y paisajes costeros. Lo que comenzó como una visita para acompañar a nuestra hija, terminó por convertirse en una experiencia de familia ampliada, donde los recuerdos del pasado se entrelazaron con nuevas vivencias.

Desde la elegancia de Cambridge hasta los rincones con encanto de Suffolk y Essex, cada parada nos dejó una huella. Y así, East Anglia se convirtió en algo más que un destino: en un lugar de reencuentro, aprendizaje y memoria compartida. Un lugar al que, sin duda, volveremos.






08 agosto 2023

ALGARVE. PORTUGAL


Playa Portimäo





La inteligencia es útil en todo, pero no suficiente para todo.

Henri Frederic Amiel



Viaje al Algarve


En julio de 2021 emprendimos un viaje por el sur de Portugal, atravesando parte del Alentejo hasta llegar al Algarve. Fue, sin duda, una de las experiencias más gratificantes que hemos vivido. Lo que más nos cautivó fueron sus playas de arena dorada, enmarcadas por acantilados que parecen esculpidos por el mar. Las aguas turquesas, limpias y vibrantes, ofrecían paisajes que no necesitan filtros.

Además de su belleza natural, el Algarve sorprende por la autenticidad de sus pueblos pesqueros, donde la vida marinera aún se percibe en cada rincón. En este viaje también descubrimos ciudades históricas como Faro, Lagos o Tavira, en las que la historia y la arquitectura conviven con el ritmo tranquilo del sur portugués.


Cabo de San Vicente (Faro)



Nuestra primera gran parada fue el Cabo de San Vicente, el punto más al suroeste de Europa. Desde sus imponentes acantilados, el océano Atlántico se despliega en una panorámica inolvidable. Allí visitamos una antigua fortaleza, vestigio de su importancia estratégica a lo largo de los siglos. Desde la época romana, este rincón fue considerado un lugar sagrado, y todavía hoy conserva su aura imponente. La visita fue uno de los momentos más impactantes del viaje.

 Lagos

La ciudad de Lagos nos recibió con sus calles empedradas, sus fachadas de azulejos y su mezcla de tradición e historia. Pasear por su centro es hacerlo por un museo al aire libre: arquitectura morisca, iglesias barrocas como la de Sant’Ana y edificios civiles con siglos de historia. Lagos también tiene un vínculo estrecho con los tiempos de los descubrimientos: fue aquí donde el infante Enrique el Navegante impulsó la exploración oceánica.

Aunque no nos bañamos en sus playas, el ambiente de la ciudad, sus terrazas, y el legado que aún se respira en cada calle fueron suficientes para enamorarnos del lugar.


Portimão

Portimão destaca por su vocación costera. El puerto, los paseos junto al mar y la playa de arena fina componen una postal típica del Algarve. Aunque el agua es algo más fresca que en el Mediterráneo, el paisaje compensa. Nos alojamos en el Morgado Golf & Country Club, un entorno elegante y tranquilo donde descansar después de nuestras rutas. Un lugar ideal para quienes buscan naturaleza y relax con un toque de sofisticación.

 Loulé


Loulé fue una de las sorpresas del viaje. Menos turístico que otros destinos de la zona, conserva un aire auténtico. Su mercado municipal, construido en hierro y vidrio a finales del siglo XIX, sigue siendo el alma de la ciudad. Allí se mezclan los productos frescos con la vida local.

El castillo, bien conservado, nos permitió conocer algo más del pasado medieval de Loulé. Las calles del casco histórico, limpias y ordenadas, invitan a pasear sin prisa. Después de comer, pusimos rumbo a Faro, donde pasaríamos la noche.


Catedral de Faro

 Faro

Faro nos ofreció un cierre perfecto al recorrido. La tarde de nuestra llegada paseamos por su casco antiguo, donde destaca la catedral y los restos de la muralla. La luz del atardecer sobre los tejados y calles empedradas nos regaló una estampa inolvidable.

Reservamos un hostal a través de una conocida aplicación, aunque por error no me di cuenta de que era un alojamiento con servicios compartidos. Afortunadamente, la habitación fue excelente y no tuvimos que compartir el baño. Una pequeña anécdota que quedó como parte del viaje.

Inmediaciones del Mercado Tavira


 Tavira

Nuestro último día en Portugal lo pasamos en Tavira, un pueblo encantador. Visitamos el castillo y la iglesia de la Misericordia, donde nos sorprendieron los azulejos del siglo XVII en perfecto estado. Tras recorrer el casco antiguo, atravesamos su puente romano, símbolo de la ciudad.

Antes de partir, comimos junto al río Gilão, saboreando platos de pescado fresco. Una excelente manera de despedirnos de esta región.


De vuelta a España (con anécdota incluida)

El viaje de vuelta estuvo marcado por un contratiempo inesperado: un error al repostar nos obligó a pasar una noche no prevista en Huelva. Afortunadamente, todo se resolvió al día siguiente y pudimos regresar a casa sin más complicaciones.

El Algarve no es solo playas paradisíacas. Es también historia, gastronomía, pueblos con alma y momentos que dejan huella. A pesar del percance final, este viaje quedará en nuestra memoria como uno de los más completos y bellos que hemos hecho en el sur de Europa.



 

05 agosto 2023

VALLE DEL LOIRA.

 














El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho.”

 

Miguel de Cervantes


Viaje al Valle del Loira (Noviembre 2011)


Cómo organizamos el viaje


Organizar mi viaje al Valle del Loira fue una experiencia gratificante. Decidí viajar en el mes de noviembre de 2011, a pesar de las pocas horas de luz, para evitar aglomeraciones. En casi todos los castillos que visitamos, apenas coincidimos con otros turistas, lo que permitió disfrutar de cada lugar con calma.
Volamos con Vueling desde Alicante al aeropuerto de París Orly. Allí recogimos el coche de alquiler reservado previamente y emprendimos el viaje hacia Orleans, donde nos alojamos durante seis noches (del 6 al 12 de noviembre) en el Hotel Ibis Centre Foch. La última noche dormimos cerca del aeropuerto para facilitar el regreso.
Desde Orleans hicimos excursiones diarias por la región, desayunando en el hotel y comiendo/cenando en restaurantes locales, salvo una noche que cenamos allí mismo.

Castillos y lugares visitados


Orleans

Orleans es una ciudad encantadora y rica en historia. Comenzamos el viaje con una jornada dedicada a descubrir sus principales monumentos:

  • Plaza Juana de Arco, símbolo de la ciudad.

  • La Catedral de Orleans, una joya del gótico.

  • Casas medievales, plazas y el Muelle de Châtelet junto al Loira.

  • El Ayuntamiento, un antiguo palacio renacentista que destaca por su elegancia.

Orleans resultó ser un lugar perfecto para establecer nuestra base de operaciones.


Castillo Chambord

Castillo de Chambord 8 de noviembre

El Castillo de Chambord es el más majestuoso del Valle del Loira. Construido en el siglo XVI, cuenta con más de 400 habitaciones y una famosa escalera de doble hélice, en la que colaboró Leonardo da Vinci.

Fue utilizado por Luis XIV y posteriormente expropiado por el Estado francés. Es uno de los castillos más impresionantes tanto por su arquitectura como por el entorno natural que lo rodea.

Castillo de Blois

Situado a orillas del río Loira, Blois nos fascinó con su castillo medieval-renacentista, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Entre sus elementos más destacados:

  • Salones decorados con escudos y blasones.

  • Un conjunto arquitectónico que refleja distintas épocas.

  • Estuvo a punto de ser demolido tras la Revolución, pero fue salvado al usarse como cuartel.


Castillo de Cheverny

Este castillo del siglo XVII, sin torres ni aspecto militar, se mantiene inalterado desde su construcción. Conserva mobiliario original y es conocido por:

  • Inspirar el castillo de Moulinsart en las aventuras de Tintín.

  • Tener una gran perrera de perros de caza, mezcla de razas inglesas y francesas.

  • Ser propiedad de la misma familia desde hace siglos.


    Castillo Villasevin

Castillo de Villasevin

Un castillo poco conocido, que no figura en las guías turísticas. Lo visitamos de regreso de Cheverny. Aunque algo abandonado, conserva:

  • Colecciones de vestidos, carruajes y utensilios antiguos.

  • Una capilla con frescos del siglo XV/XVI, sin restaurar.

  • Un gran palomar y bonitos patios interiores.


🔎 Interesante por haber sido propiedad del arquitecto de Chambord.

Pueblos con encanto: Meung-sur-Loire y Beaugency




Meung-sur-Loire:

Pequeño pueblo donde intentamos visitar el castillo (cerrado ese día). Leí que allí arranca la novela Los Tres Mosqueteros.


Beaugency

Beaugency:

Pintoresco, con:

  • Restos de una torre medieval.

  • Plaza dedicada a Juana de Arco.

  • Iglesias del siglo XV.

  • Balcones floridos y calles solitarias que invitan al paseo.

Castillo de Chenonceau

Este castillo, que se alza sobre el río Cher, es de los más bonitos de la región. Rodeado de jardines diseñados por mujeres históricas y atravesado por una galería con vistas al agua.

En su interior:

  • Salones decorados con tapices y mobiliario de época.

  • La famosa Galería Grande, donde se celebraban bailes.

  • Viñedos y tienda de vinos en la finca.


Castillo de Villandry

Este castillo fue restaurado por Joaquín Carvallo, extremeño, y su esposa Anna Coleman, en el siglo XX.

Lo más destacado:

  • Jardines cuidados con geometrías perfectas, incluso en noviembre.

  • Interior con muebles del siglo XX y una atmósfera diferente a otros castillos.

  • Tras la visita, paramos en Tours, donde nos sorprendió su precioso casco histórico.


    Tours

Tours

Ciudad universitaria y vibrante. Visitamos:

  • Su catedral gótica, bien conservada.

  • Casas medievales de madera.

  • La Colegiata de San Martín de Tours.

  • Plazas animadas y restaurantes con encanto.

Castillo Amboise

Amboise


Aunque el castillo estaba cerrado, paseamos por su casco antiguo. Leonardo da Vinci vivió sus últimos días aquí, invitado por Francisco I.

  • Calles empedradas.

  • Casas tradicionales de entramado de madera.

  • Magníficas vistas del castillo desde la orilla del río.


Vendome


Vendôme 11 de noviembre – festivo en Francia


Ciudad silenciosa ese día. Visitamos:

  • Puerta de San Jorge.

  • La Abadía de la Santísima Trinidad.

  • Casco urbano con canales y un aire nostálgico.

Versalles

Versalles (fuera del Loira)


Dedicamos el último día a la visita del Palacio de Versalles:

  • Salones históricos llenos de arte.

  • Jardines clásicos con fuentes y esculturas.

  • Exposición temporal con muebles contemporáneos.


 
 
 
 

29 julio 2023

PARIS

 








La vida es aquello que te va sucediendo mientras tu te empeñas en hacer otros planes.
 

John Lennon





París: Tres viajes, tres estaciones, una ciudad inagotable


A lo largo de tres viajes a París —en febrero de 2008, junio de 2010 y junio de 2013, hemos conocido la ciudad bajo diferentes luces, climas y estados de ánimo. Cada visita nos ofreció una experiencia distinta: desde el frío radiante del invierno hasta la lluvia persistente del verano. París, inmensa, vibrante y monumental, nunca se repite.

 Primer viaje: Invierno dorado (febrero de 2008)

Nuestro primer viaje a París, entre el 8 y el 12 de febrero de 2008, fue probablemente el más especial. Contra todo pronóstico, nos recibió un tiempo espléndido: cielos despejados, luz dorada y frío seco, ideal para recorrer la ciudad a pie.

Nos alojamos en el Hotel Ibis de la Plaza de Italia, muy bien conectado con el metro, lo que nos permitió trazar rutas eficientes cada mañana. Caminábamos mucho —a veces más de 13 kilómetros al día— combinando tramos en transporte público con largos paseos urbanos.

Entre los grandes recuerdos de este primer viaje destacan:

  • La subida a la Torre Eiffel, donde desayunamos en la segunda planta con unas vistas inolvidables de París.

  • El paseo completo por los Campos Elíseos, desde el Arco de Triunfo hasta el Museo del Louvre.

  • La visita al Museo de Orsay, cuyas colecciones impresionistas y postimpresionistas nos cautivaron por completo.

  • La Basílica del Sagrado Corazón en Montmartre, desde donde contemplamos la ciudad al atardecer.

Fue un viaje pausado, luminoso y lleno de descubrimientos, que sentó las bases de nuestro amor por París.


Segundo viaje: París entre lluvia y fútbol (junio de 2010)

Volvimos a París en junio de 2010, esta vez con algo menos de suerte en el clima. La lluvia fue intermitente, aunque nunca llegó a empañar del todo la experiencia. Viajamos con Ryanair hasta el aeropuerto de París-Beauvais, bastante alejado del centro, y nos alojamos en el Hotel Acacias Étoile, cerca del Arco de Triunfo.

El hotel no fue lo más cómodo: habitación pequeña, ascensor anticuado y un ambiente algo justo, pero la ubicación nos compensó. Aprovechamos para visitar rincones que no habíamos conocido en 2008, como:

  • La Iglesia de la Madeleine.

  • Nuevamente el Museo del Louvre, aunque esta vez la sala de la Mona Lisa estaba atestada de turistas.

Coincidimos además con el comienzo del Mundial de Fútbol 2010, que ganó España. Se vivía un ambiente festivo y cosmopolita. Pantallas gigantes se instalaron junto a la Torre Eiffel, y ver los partidos allí fue una experiencia única: deporte e historia compartiendo escenario.



Tercer viaje: París bajo el agua (junio de 2013)

Nuestro tercer viaje a París, también en junio pero del año 2013, estuvo marcado por la lluvia constante. Los cielos grises y el ambiente húmedo dominaron todos los días, especialmente el último, que nos regaló un auténtico diluvio. Aun así, decidimos aprovecharlo visitando monumentos cubiertos y exposiciones:

  • Exploramos por dentro el Complejo de los Inválidos y la tumba de Napoleón, cuya solemnidad nos impresionó.

  • Nos acercamos al Museo del Ejército, dentro del mismo complejo, donde vimos una rica colección de uniformes, armas y objetos históricos.

Uno de los barrios que siempre hemos disfrutado es el Barrio Latino, al que volvimos en este viaje. Visitamos:

  • El Panteón, donde descansan figuras clave de la historia francesa.

  • La Facultad de Derecho de la Sorbona y su iglesia, un recorrido que reforzó la conexión entre París y su historia intelectual.

Pese al clima, hicimos un crucero por el río Sena, con el que navegamos bajo los puentes históricos mientras París se presentaba envuelta en un gris melancólico y hermoso.

Nos alojamos esta vez cerca de la estación de Montparnasse, lo que nos permitió visitar también el Cementerio de Montparnasse, donde yacen Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Julio Cortázar y César Vallejo, entre otros. Un paseo íntimo y literario.



Una ciudad que no se agota

Después de tres viajes y doce días explorando sus calles, museos, plazas y cafés, podemos decir que París sigue siendo inagotable. Cada visita nos mostró una cara diferente: la luz dorada del invierno, la energía veraniega del fútbol, la melancolía de los días lluviosos…

Sabemos que aún quedan muchos rincones por descubrir, y confiamos en que, más pronto que tarde, volveremos a pasear por sus bulevares, cruzar sus puentes y sentarnos en una terraza frente a un café, redescubriendo la ciudad de siempre con ojos nuevos.

Video: París – Recuerdos de tres viajes inolvidables

OCCITANIA Y PROVENZA.FRANCIA