22 enero 2020

ROMA





 

"La vida es lo que sucede mientras estás ocupado haciendo otros planes." 

Séneca




Italia es, sin duda, uno de los países de Europa que más hemos visitado y, además, uno de los que más me fascinan. Cada viaje nos ha dejado recuerdos inolvidables, y Roma, la Ciudad Eterna, se ha convertido en un lugar al que siempre deseamos regresar. Hasta el año 2012, habíamos estado en Roma en tres ocasiones, y cada una de ellas tuvo su propia magia. La primera vez que fuimos fue en febrero de 2007, del 20 al 24. Recuerdo que compré unos billetes de avión en oferta con Clickair, una aerolínea de bajo coste ya desaparecida, que en ese momento había comenzado a operar vuelos directos desde Valencia a Roma. Los billetes nos costaron 39 euros por persona para la ida y vuelta. En total, el transporte nos salió por 78 euros, una verdadera ganga para volar a uno de los destinos más icónicos de Europa. Llegamos a Roma un martes, sobre las tres de la tarde, y regresamos el sábado a última hora desde el aeropuerto de Fiumicino.


Uno de los primeros consejos que aprendimos fue que no conviene moverse en coche por Roma. El tráfico es caótico, aparcar es casi imposible, y la mayoría de los monumentos no son accesibles en automóvil. Lo mejor es caminar o utilizar el transporte público.






Indicaciones básicas para Roma

 

A Roma nunca se debe viajar en coche. Si vienes desde España, los vuelos son abundantes y económicos desde ciudades como Valencia, Alicante y Madrid.

  

- Desde Fiumicino, la manera más rápida de llegar al centro es el tren que te deja en la estación Termini, aunque también hay autobuses. Si llegas a Ciampino, el trayecto en autobús es la única opción, pero si sois cuatro personas, el transfer en automóvil es lo más recomendable. Nosotros solemos reservar con Uber o alguna empresa similar antes de salir de casa.

 

- El alojamiento depende del presupuesto y la comodidad. Nosotros preferimos alojarnos cerca de la estación Termini, por su cercanía a los transportes y a monumentos emblemáticos como el Coliseo o la Fontana di Trevi, que se pueden alcanzar caminando.

 

- Las comidas son una aventura en sí misma. Desayunamos en el hotel y para el almuerzo, nos gusta detenernos en trattorias. Dependiendo del presupuesto, hay opciones para todos los gustos. Utilizo la app “El Tenedor” para reservar en restaurantes con antelación.

 

- En cuanto a las visitas a museos o lugares de interés, las planifico siempre por adelantado y compro las entradas online, ya sea desde casa o cuando estamos en Roma. Plataformas como Civitatis o GetYourGuide ofrecen excursiones excelentes y bien organizadas.






¿Cómo se desarrollaron los viajes a Roma?

 

En nuestro primer viaje, en 2007, además de conseguir esos billetes de avión tan baratos, encontré un hotel económico cerca de la estación Termini. Sin embargo, resultó ser uno de los peores en los que nos hemos alojado a lo largo de nuestros viajes. No recuerdo su nombre, pero la experiencia no fue la mejor. A pesar de ello, aprovechamos al máximo nuestra estancia.

 

El metro lo utilizamos solo una vez, el día que fuimos a visitar el Vaticano, pero para el resto de los sitios, preferimos caminar. En Roma, cada rincón está lleno de historia y caminar es la mejor manera de descubrirla.


¿Qué vimos en este primer viaje?

 

La mejor manera de conocer Roma es caminando. Así lo hicimos siempre. Cada día planeábamos una ruta y regresábamos al hotel por la tarde desde el lugar que habíamos visitado.


El primer día, nos dedicamos al centro histórico. Visitamos la Piazza Navona, donde nos maravillamos con sus fuentes barrocas, y luego nos dirigimos a la Fontana di Trevi, donde, como dicta la tradición, lanzamos una moneda para asegurar nuestro regreso a la ciudad. Pasamos también por el imponente Panteón de Agripa, y luego fuimos a la Piazza di Spagna, famosa por su escalinata. Al finalizar el día, recorrimos la Vía Condotti, llena de tiendas de moda, aunque solo nos limitamos a admirar los escaparates.





El segundo día, nos dirigimos al Coliseo. El simple hecho de verlo en persona fue sobrecogedor. Pasamos también por el Monumento a Víctor Manuel II, conocido popularmente como "la máquina de escribir", y visitamos el Foro Romano que en aquel momento era gratuito. Entre ruinas antiguas y monumentos, el día se nos fue volando.

 

El tercer día, lo dedicamos a los Museos Vaticanos y a la Basílica de San Pedro, donde la grandiosidad de la historia y el arte nos dejó sin palabras. Aprovechamos también para conocer el encantador barrio del Trastevere, y visitamos las Basílicas de San Juan de Letrán y, por fuera, Santa María la Mayor.

 

Regreso a Roma

 

Nuestra segunda visita fue en mayo de 2009, del 22 al 25, unos días antes de que se disputara la final de la Champions League. El Barcelona jugaba contra el Manchester United, aunque cuando reservé el viaje, el Barcelona aún no estaba clasificado. En esta ocasión, volvimos a visitar algunos de los lugares que más nos habían gustado la primera vez, pero también añadimos nuevas experiencias. Conocimos la fortaleza del Castillo Sant'Angelo, entramos en la Basílica de Santa María la Mayor y exploramos el Templo de Adriano. Uno de los días, caminamos por la zona del Palacio del Quirinal, la sede de la presidencia del gobierno italiano, y también visitamos la Iglesia de los Jesuitas.

 

Cada uno de nuestros viajes a Roma ha sido único, y la ciudad siempre tiene algo nuevo que ofrecer. No importa cuántas veces la visites, Roma te sigue sorprendiendo, como si fuera la primera vez.




El tercer viaje a Roma tuvo lugar en febrero de 2012, y el último, siete años después, del 2 al 6 de diciembre de 2019. Esta última visita fue especial, ya que la compartí con una de mis hermanas y su marido; era la primera vez que realizábamos un viaje familiar juntos.


Cada uno de nuestros viajes a Roma ha sido muy agradable. En las fechas que elegimos, la ciudad no estaba muy concurrida por turistas, lo que nos permitió disfrutar de los emblemáticos monumentos sin largas esperas. Excepto en nuestra primera visita, para las otras ocasiones compré las entradas a través de internet, especialmente para los Museos Vaticanos, el Coliseo y el Foro Romano. Las Basílicas de Santa María la Mayor y San Juan de Letrán no requieren billetes, al igual que el Panteón y otros monumentos que se pueden visitar de forma gratuita.

 

En mi último viaje en 2019, noté un incremento en las medidas de seguridad en todos los lugares turísticos, lo cual es comprensible dado el contexto actual. En cuanto al alojamiento, las experiencias han sido positivas. En nuestra segunda visita, nos alojamos en un hotel NH; en la tercera, en un bed & breakfast cercano al Vaticano; y en la última, en el excelente Hotel Ariston, ubicado a poca distancia de la estación Termini. Este viaje resultó ser muy asequible, con un coste total de menos de 500 euros por pareja, incluyendo el vuelo y la estancia.

A lo largo de todos mis viajes a Roma, nunca he alquilado coche para trasladarnos por la ciudad. Insisto en que el medio más rápido y económico para visitar grandes ciudades, además de caminar, son los autobuses y el metro. La experiencia de recorrer Roma a pie es inigualable, permitiéndonos disfrutar cada rincón y absorber la esencia de esta maravillosa ciudad.

 













 






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