Todo el mundo parece tener una idea clara de cómo otras personas deben conducir sus vidas,pero ninguno sobre cómo hacerlo con la suya propia.
Paulo Cohelo
En agosto de 2022, emprendimos un viaje por el norte de Portugal, una región que hasta entonces no habíamos explorado. Entramos al país desde Salamanca, y a lo largo de varios días visitamos ciudades con carácter, paisajes variados y una notable riqueza histórica.
Primera parada: Braganza
Nuestra primera parada fue en Braganza, donde comenzamos visitando su castillo medieval, muy bien conservado. A su alrededor, el casco antiguo conserva un trazado tradicional con varios puntos de interés:
Iglesia de Santa María, del siglo XVI
Antigua Domus romana, que en su día fue un edificio municipal
Catedral renacentista, situada en la parte baja de la ciudad
Tras un paseo por el centro y un buen almuerzo, continuamos el viaje hacia Guimarães, ciudad donde nos alojaríamos y que usaríamos como base para recorrer otros destinos del norte.
Viana do Castelo: mar, historia y panorámicas
Viana do Castelo, situada junto al Atlántico, fue una de las ciudades más atractivas del viaje. Comenzamos el día en el puerto, donde vimos el barco-hospital Gil Eannes. Luego paseamos por el casco antiguo, con varias paradas destacadas:
Plaza de la República, con su Ayuntamiento y la Iglesia de la Misericordia (ambos del siglo XVI)
Catedral y las calles cercanas, llenas de ambiente local
Al mediodía, probamos una francesinha en un restaurante del centro.
Por la tarde, subimos en tren cremallera al Santuario de Santa Lucía, una basílica del siglo XX que recuerda a Notre Dame de París. Desde allí, disfrutamos de una vista completa de la ciudad, la costa y el puente de hierro diseñado por Eiffel.
Guimarães: cuna de Portugal
El tercer día lo dedicamos a Guimarães, ciudad conocida como el lugar de origen del país.
Visitamos el Palacio de los Duques de Braganza y el castillo medieval, que forman un conjunto histórico bien conservado.
Por la tarde, recorrimos el Museo Alberto Sampaio, con una interesante colección de arte religioso y un claustro que merece la visita.
Terminamos el día paseando por la Avenida de Brasil, con la Iglesia de San Gualter al fondo, uno de los edificios religiosos más llamativos de la ciudad.
Braga
El último día lo dedicamos a Braga, ciudad con fuerte presencia religiosa y arqueológica.
Comenzamos en la Catedral de Braga, uno de los templos más antiguos e importantes de Portugal.
Luego subimos al Santuario de Bom Jesús do Monte, conocido por su gran escalinata barroca, uno de los lugares más emblemáticos del norte portugués.
Por la tarde, visitamos el Museo Arqueológico D. Diogo de Sousa, con restos de termas y un pequeño teatro romano.
Este viaje al norte de Portugal fue una grata sorpresa: ciudades bien cuidadas, castillos, iglesias, calles con historia y vistas panorámicas. Terminamos con la sensación de haber descubierto una zona muy completa y variada, y con ganas de regresar para seguir explorando otros rincones de este país.
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