07 octubre 2020

PRAGA

 




La paz interior es el único tesoro que, una vez encontrado, nadie puede robar.




Praga

Viajes en febrero de 2009 y 2013


Praga, la capital de la República Checa, se alza como una de las ciudades más hermosas y mejor conservadas de Europa. Su arquitectura, su historia y su atmósfera atemporal la convierten en un lugar de ensueño. He tenido la suerte de visitarla en dos ocasiones, ambas en el mes de febrero —en 2009 y en 2013—, y en cada una descubrí nuevos detalles que me hicieron admirarla aún más.

En 2009, Praga nos recibió con cielos despejados y un azul profundo que hacía brillar los tejados rojos de sus monumentos góticos. Solo al final del viaje, una suave nevada cubrió la ciudad, dándole un aire de cuento antiguo. En cambio, en 2013, el invierno ya se había instalado: Praga amanecía cada día bajo un manto blanco, con nieve constante y calles empedradas cubiertas como en una postal navideña. El frío era intenso, pero no impedía disfrutar del paseo entre torres, palacios y tabernas.

Dónde nos alojamos

En mi primer viaje, elegimos un hotel cercano a la catedral de San Vito, en la encantadora calle Nerudova, ideal para moverse a pie entre los principales monumentos. La catedral, con su imponente estilo gótico, se alza como el alma espiritual de la ciudad, vecina del Palacio Presidencial.

En 2013, optamos por un hotel de la cadena Eurostars, situado cerca de la Casa Danzante, la moderna obra de Frank Gehry que rompe con la estética tradicional de Praga, pero que al mismo tiempo refleja el carácter dinámico y cambiante de la ciudad.



Puente de Carlos y el casco antiguo

Caminar por Praga es la mejor forma de descubrir su esencia. Desde el Puente de Carlos, repleto de estatuas barrocas y vistas de postal, hasta el Stare Mesto —el casco antiguo—, cada rincón ofrece algo especial.

Allí se encuentra el famoso Ayuntamiento con su reloj astronómico, una maravilla de ingeniería medieval que sigue sorprendiendo a los visitantes. Las fachadas Art Nouveau, tan características, visten la ciudad con una elegancia colorida que convierte cada paseo en un recorrido artístico.

Entre mis lugares favoritos está la Casa Municipal, junto a la Torre de la Pólvora, una joya del modernismo checo. Y como no podía faltar, también recuerdo con agrado nuestras visitas a las cervecerías locales. Praga presume, con razón, de tener algunas de las mejores cervezas del mundo. Mi favorita, curiosamente, fue una Paulaner servida con maestría en una de sus tabernas.

 Llegar y moverse por Praga

  • Desde Alicante, los vuelos siempre requerían escala en Barcelona o Milán. Aunque no era directo, el trayecto merecía la pena.

  • En 2009, utilizamos el transporte público (autobuses y tranvías), bastante eficiente.

  • En 2013, optamos por un transfer privado desde el aeropuerto, mucho más cómodo. Hoy en día, opciones como Uber facilitan aún más los desplazamientos.

Praga fue capital del antiguo Reino de Bohemia, parte esencial del Imperio Austrohúngaro, hasta que se convirtió en capital de la recién formada Checoslovaquia en 1918. Hoy es el corazón político, cultural y espiritual de la República Checa.

Recomendaciones para visitar Praga

  • Vuelos: Desde ciudades españolas como Madrid o Barcelona hay vuelos directos. Desde Alicante, se suele necesitar una escala.

  • Traslados: Recomendable un transfer privado si se llega de noche o con maletas. No hay conexión directa en metro o tren.

  • Alojamiento: Hoteles como Eurostars o de la cadena Accor son opciones fiables, bien situadas y con personal que habla español.

  • Comida: Praga ofrece excelente gastronomía local a precios asequibles. Internet es una gran guía para encontrar restaurantes con encanto.

  • Paseos: Lo mejor es caminar. Las calles adoquinadas, las iglesias, torres y plazas, están pensadas para ser descubiertas a pie.

Praga es una ciudad que se descubre despacio. Es una ciudad de luz dorada, de torres de cuentos, de plazas llenas de historia y tabernas cálidas. Una ciudad a la que siempre se puede volver, porque cada estación y cada viaje ofrece una nueva mirada.




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