23 mayo 2021

QUITO

 


 




Palacio de Carondelet


El único hombre que puede cambiar de opinión, es aquel que solo tiene una.

Harun Al-Rasïd



Quito

Quito, la capital de Ecuador, es una ciudad que asombra por su rica historia, su arquitectura monumental y su impresionante ubicación en la cordillera andina. Situada a 2.850 metros sobre el nivel del mar, es una de las capitales más altas del mundo y alberga un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Nuestra visita coincidió con los días festivos por la Batalla de Angamos, y llegamos desde Lima dispuestos a descubrir esta joya andina con calma y admiración.

Nos alojamos en un encantador hotel cerca de la Plaza de San Francisco, lo que nos permitió movernos a pie por todo el centro histórico. La cercanía a los principales puntos de interés fue clave para disfrutar la ciudad sin prisas ni necesidad de transporte.

 Día 1 – El corazón histórico de Quito

Ese primer día contratamos una guía local, una excelente decisión para sumergirnos en la historia y la cultura de la ciudad. Comenzamos en la Plaza de la Independencia, también conocida como Plaza Grande, el centro neurálgico de Quito. Allí se encuentran:

  • La Catedral Metropolitana

  • El Palacio de Carondelet, sede del gobierno

  • El Palacio Arzobispal

Nuestra guía nos explicó con detalle la historia de cada uno, dando vida a las piedras y balcones de este magnífico entorno.

Luego caminamos hasta la Iglesia de la Compañía de Jesús, cuya fama está más que justificada. Su interior, cubierto completamente de pan de oro, es un ejemplo sobresaliente del barroco latinoamericano. Es difícil no quedarse sin palabras al contemplar sus detalles minuciosos, la luz cálida reflejándose en las paredes y el aura mística que envuelve el lugar.

La jornada continuó en la cercana Plaza de San Francisco y su imponente convento, uno de los más antiguos de la ciudad. Rodeados de fachadas coloniales, adoquines y el bullicio pausado de la ciudad, sentimos que caminábamos dentro de un libro de historia.


 Día 2 – Torres, cultura y vistas

Este día lo dedicamos a explorar algunos de los monumentos más emblemáticos y modernos de Quito.

Nuestra primera parada fue la Basílica del Voto Nacional, una joya neogótica que domina el perfil de la ciudad. Subimos a sus torres, desde donde disfrutamos de una vista panorámica espectacular. Quito se desplegaba a nuestros pies, entre montañas, tejados rojizos y cielos abiertos.

Por la tarde, nos adentramos en el ámbito cultural con visitas al:

  • Museo Casa de la Cultura Ecuatoriana

  • Museo de la Ciudad

Ambos espacios nos ofrecieron una inmersión profunda en la historia de los pueblos originarios, sus tradiciones, y el mestizaje que ha dado forma a la identidad ecuatoriana.


 Día 3 – El Pichincha y la Mitad del Mundo

Nuestro tercer día fue toda una aventura natural y simbólica.

Por la mañana, subimos al Teleférico de Quito, que asciende hasta los 4.100 metros de altitud en las faldas del volcán Pichincha. La experiencia fue emocionante: el aire fresco, las vistas de la ciudad desde lo alto, y la inmensidad de los Andes formaron uno de los momentos más memorables del viaje.

Por la tarde, visitamos la Mitad del Mundo, el lugar donde se marca simbólicamente el paso de la línea ecuatorial. Allí, además de tomarnos la clásica foto con un pie en cada hemisferio, participamos en divertidos experimentos que explicaban los efectos únicos que ocurren en el ecuador del planeta. Entre ellos, el famoso cambio de dirección del agua según el hemisferio.

Quito nos gustó por muchas razones: su belleza arquitectónica, su herencia cultural, sus vistas imponentes, y sobre todo, por la forma en que combina lo antiguo y lo moderno con naturalidad. Es una ciudad que se vive a pie, a paso lento, permitiendo que cada calle, plaza e iglesia cuente su propia historia.

La experiencia de contemplar Quito desde el Pichincha, con las nubes bajo los pies y los Andes en el horizonte, será un recuerdo imborrable.

 


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