Nunca imaginé que la isla de Sicilia albergara restos arqueológicos tan impresionantes y de épocas tan diversas. Antes de visitarla, la asociaba únicamente con la Mafia, Palermo y el juez Falcone. Pero al llegar, esa percepción cambió por completo.
El 4 de septiembre de 2018 aterrizamos en Palermo, la capital de Sicilia, procedentes de Valencia en un vuelo de Ryanair, ya que no había opciones directas desde Alicante sin hacer escalas. Nuestra idea era alquilar un coche y recorrer la isla a nuestro propio ritmo, pasando las noches en Palermo, Agrigento y Catania, desde donde planearíamos diversas excursiones para conocer más a fondo la región.
El hotel en Palermo, un Ibis Styles, resultó ser una excelente elección. Situado junto al puerto, ofrecía no solo una ubicación privilegiada, sino también un desayuno completo y una habitación cómoda, perfecta para descansar después del viaje. Llegamos por la noche, lo que nos permitió hacer poco más que cenar y prepararnos para la primera jornada de exploración.
Al día siguiente, comenzamos a descubrir Palermo a pie, disfrutando del pulso de la ciudad y su arquitectura única. El primer lugar al que nos dirigimos, siguiendo las recomendaciones de todas las guías, fue Quattro Canti, un cruce barroco del siglo XVII donde se encuentran las dos vías principales de la ciudad. La simetría de las fachadas y la majestuosidad de los detalles nos impresionaron, siendo este punto un claro ejemplo del esplendor histórico de Palermo. Continuamos hacia la imponente Catedral de Palermo, cuya construcción comenzó en el siglo XII. Su exterior es una mezcla de estilos que reflejan la historia multicultural de la isla, pero lo que más nos llamó la atención fue la influencia del gótico aragonés en su estructura. En su interior, recorrimos las capillas y altares, y nos detuvimos a admirar los detalles que revelaban siglos de devoción y poder. Cada rincón de la catedral parecía contar una historia distinta, una mezcla fascinante de lo sacro y lo histórico.
Después de la catedral, nos dirigimos a la hermosa plaza Pretoria, una joya renacentista con su icónica fuente rodeada de esculturas. Este lugar, conocido también como la "Plaza de la Vergüenza" por la desnudez de las figuras, destaca por su belleza clásica y su aire tranquilo, en contraste con el bullicio de la ciudad.
El último día en Palermo, tras haber regresado de Taormina, decidimos tomar un autobús turístico para ver la ciudad desde otra perspectiva y hacer un recorrido más amplio. Fue la forma perfecta de cerrar nuestra estancia en la capital siciliana, disfrutando de las vistas panorámicas y apreciando desde lo alto los rincones que ya habíamos explorado a pie.
Sicilia, en especial Palermo, resultó ser mucho más de lo que esperaba. Sus calles, monumentos y plazas nos revelaron una riqueza cultural e histórica que superó todas mis expectativas. Y eso fue solo el comienzo de un viaje que nos llevaría a descubrir aún más tesoros por toda la isla.
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Segesta |
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El día 6 salimos temprano del hotel con destino a los restos arqueológicos de Segesta, un sitio que prometía ser interesante en nuestra visita a Sicilia. Tomamos la autopista que une Palermo y el aeropuerto, y en el trayecto, vimos el monolito erigido en memoria del juez Giovanni Falcone, asesinado por la Mafia en un atentado.
Al llegar a Segesta, dejamos nuestro coche alquilado en un aparcamiento general y tomamos un autobús hasta el conjunto arqueológico. Este servicio de autobús no está incluido en el precio del billete de entrada, pero se ofrece como una opción adicional conveniente para los visitantes.
Lo primero que vimos fue el impresionante templo griego inacabado de Segesta. A pesar de su estado inconcluso, el templo se erige con una majestuosa dignidad, sus columnas doradas por el sol contrastando con el cielo azul y el paisaje verde que lo rodea. Caminamos alrededor de sus robustas columnas, admirando la simetría y la grandiosidad de esta antigua construcción que ha perdurado a lo largo de los siglos.
No pudimos ver el teatro romano, que se encuentra bastante alejado del templo principal. Se puede optar por caminar hasta allí. El teatro está situado en lo alto de una colina, ofreciendo vistas espectaculares del valle circundante. Creo que está bien conservado.
Selinunte
Después de visitar el templo de Segesta, nos dirigimos a Selinunte, un sitio arqueológico conocido por su impresionante conjunto de templos griegos y su centro de interpretación. Al llegar, admiramos la magnitud y el estado de conservación de los templos, con su arquitectura impresionante y sus vistas panorámicas del mar. El centro de interpretación muestra la historia y el significado de estas ruinas.
Sin embargo, encontrar un lugar cercano para comer resultó ser un desafío. A la hora que llegamos, los restaurantes estaban bastante llenos y los precios no eran muy accesibles. Por la tarde, nos dirigimos a otro lugar espectacular de la región: la Scala dei Turchi. Esta formación natural, situada junto a una playa, se caracteriza por sus acantilados de piedra caliza blanca, esculpidos en forma de escalera al borde del mar. La vista desde la playa hacia la Scala dei Turchi fue verdaderamente impresionante. Tras este día lleno de historia y paisajes naturales, regresamos a nuestro hotel en Agrigento para descansar.
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Agrigento (Valle de los Templos)
El Valle de los Templos en Agrigento fue una de las experiencias más fascinantes de nuestro viaje a Sicilia. Después de disfrutar de una tranquila noche en el apartamento de la la ciudad, nos dirigimos temprano hacia el valle para aprovechar al máximo la visita. Aparcamos el coche en un lugar habilitado de pago y adquirimos las entradas en la taquilla, donde afortunadamente no había mucha gente debido a la hora temprana.
El Valle de los Templos es un impresionante sitio arqueológico que alberga los restos de al menos cinco templos griegos, cada uno con su propia historia y majestuosidad. Entre los templos más destacados se encuentran el Templo de la Concordia, que es uno de los mejor conservados, y el Templo de Juno, conocido por su ubicación en una colina con vistas panorámicas. Además de los templos, el valle también contiene un conjunto de tumbas bizantinas, que ofrecen una visión única de la historia y la cultura de la región.
El día era caluroso, como todos los días que pasamos en Sicilia, por lo que era imprescindible llevar agua y gorro para protegernos del sol. Dedicamos toda la mañana a explorar el valle, admirando la arquitectura y la historia antigua. Posteriormente, disfrutamos de una deliciosa comida en un restaurante de la ciudad de Agrigento, con lo cual culminamos la jornada.
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Teatro Máximo Bellini Catania |
La siguiente jornada de nuestro viaje nos llevó a Catania a donde llegamos temprano. Nuestra primera parada fue la impresionante catedral de Catania, situada en la majestuosa plaza del Duomo. Esta plaza, reconstruida después del devastador terremoto de 1693, es un testimonio de la belleza arquitectónica de la ciudad. Por la tarde, nos dirigimos al teatro romano, que fue desenterrado tras la última erupción del monte Etna. Este teatro, tiene una impresionante estructura. Más tarde, exploramos otra área de la ciudad donde se encuentran los restos de un anfiteatro romano. Aunque solo una parte es visible debido a que está parcialmente cubierto por edificios y una plaza, la vista de estas ruinas ofrece un vistazo intrigante al pasado romano de Catania.
Catania es una ciudad que invita a ser descubierta a pie. Disfrutamos mucho paseando por sus calles llenas de historia y encanto. Al caer la tarde, nos dirigimos al hotel Ibis Styles en la villa de Acireale, una pequeña ciudad ubicada a media hora al norte de Catania. Después de registrarnos en el hotel, salimos a cenar y pasear por el pueblo, que estaba de fiesta. Las calles estaban llenas de vida y alegría. Asi finalizamos nuestra visita a Catania.
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Catedral de Siracusa en Ortigia |
Nuestra siguiente visita fue a Siracusa, a la que llegamos el día 9 de septiembre desde Acireale. La ciudad me sorprendió por sus restos de distintas épocas, testimonio de su rica historia. Comenzamos nuestra exploración en el teatro griego-romano, que está en excelente estado de conservación. Su tamaño y las vistas que ofrece son realmente impresionantes. Junto a él, se encuentra un anfiteatro romano, que aunque se encuentra en un estado de abandono, todavía evoca la grandiosidad de su pasado.
Muy cerca de estos monumentos, visitamos la Oreja de Dionisio, unas grutas artificiales creadas para la extracción de piedra. Su magnitud y las historias asociadas a ellas añaden un aire de misterio al lugar. Posteriormente, nos trasladamos en coche a la Isla de Ortigia, la parte más antigua de Siracusa, que está conectada al casco urbano por un puente. Esta zona es muy pintoresca, con calles bien cuidadas y llenas de encanto. Decidimos aparcar antes de entrar al casco antiguo para poder recorrerlo a pie.
En Ortigia, visitamos la Catedral o Duomo, ubicada en la plaza principal. Este impresionante edificio está construido sobre un antiguo templo griego. También exploramos el castillo Maniace, una fortaleza que ofrece una imponente presencia y cuenta con unos jardines a la entrada, perfectos para un paseo.
Finalizada la visita a Siracusa, regresamos a Acireale para pasar la noche. Al igual que la noche anterior, salimos a disfrutar de las fiestas locales.
Teatro de Taormina
El día 10, después de disfrutar del desayuno en el hotel, emprendimos nuestro regreso a Palermo, desde donde el día 11 cogeríamos el vuelo de regreso a Valencia. En el camino, hicimos una parada en Taormina, una grata sorpresa del viaje. La ciudad cuenta con el Teatro Antico di Taormina, un teatro romano enclavado en una montaña, similar al de Siracusa, pero con un escenario y una platea muy bien reconstruidos. Paseamos por el encantador casco antiguo, visitando lugares como el Corso Umberto, la calle principal repleta de tiendas y cafés. También admiramos la Piazza IX Aprile, con su hermosa vista al mar. Disfrutamos de una deliciosa comida en uno de los restaurantes locales, saboreando la gastronomía siciliana.
Por la tarde, emprendimos el viaje de regreso a Palermo, atravesando algunos túneles interminables construidos en la parte norte de la isla mientras nos dirigíamos de regreso a Palermo. Una vez allí, aprovechamos nuestro último día para visitar la Capilla Palatina del Palacio Normando, una joya de la arquitectura bizantina que está muy bien cuidada. Fuimos a primera hora de la mañana, lo que nos permitió disfrutar del lugar sin multitudes. Los mosaicos dorados y la impresionante decoración de la capilla nos dejaron impresionados de esta muestra de arte bizantino.También visitamos el majestuoso Teatro Massimo, el tercer teatro de ópera más grande de Europa y un impresionante edificio que refleja la rica historia cultural de Palermo. Pasear por sus alrededores y admirar su arquitectura fue una gran experiencia.
Este último día en Sicilia fue el cierre perfecto para nuestro viaje. Sin duda, me gustaría regresar a Sicilia en el futuro, al igual que a la Toscana, para rememorar y ampliar otros sitios que no pudimos ver.
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