"La probabilidad de que tu vuelo salga a tiempo es directamente proporcional a la importancia de llegar tarde a tu destino".
Ley de Murphi
Mi primer viaje a Marruecos fue en febrero de 2019, cuando visité Marrakech. El viaje, que comenzó un lunes y terminó el viernes de la misma semana, me pareció algo largo, aunque no fui yo quien decidió la duración. Sin embargo, en esta ocasión, volvimos a Marruecos, pero el destino fue distinto: Tetuán. Sobre Marrakech ya escribiré en otro momento; ahora me centraré en este último viaje, que, aunque planeado para cuatro días, se prolongó un día más debido a la cancelación del vuelo de regreso.
Comparando ambos destinos, el tiempo dedicado fue el mismo, pero en Tetuán, un solo día habría sido suficiente para conocer lo esencial. Nosotros estuvimos dos días y medio, dedicados principalmente a pasear por el casco urbano. La Medina, con su entramado de calles y mercados, ofrecía una inmersión en la vida cotidiana de la ciudad, pero sin grandes sorpresas que justificaran una estancia tan prolongada.
Lo ideal al visitar Tetuán sería dedicarle un día y aprovechar el tiempo restante para hacer un par de excursiones cercanas. Tánger, al norte, y Chaouen, la famosa ciudad azul al sur, están a solo una hora de distancia y ofrecen paisajes y experiencias completamente distintas. Ambas excursiones habrían completado el viaje de manera perfecta, añadiendo variedad y enriqueciendo la experiencia en esta región del norte de Marruecos.
¿Cómo organicé el viaje a Tetuán?
La idea del viaje a Tetuán surgió durante una conversación con un amigo mientras tomábamos café. Él me habló de su experiencia en esta ciudad marroquí, donde había nacido, y despertó mi curiosidad. Aproveché que los vuelos desde Alicante a Tetuán eran bastante económicos, y en mayo decidí comprar dos billetes. Opté por una tarifa que incluía maleta en cabina, un bolso y la elección de asientos, todo por 157 euros en total para ambos billetes.
Alojamiento
Para el alojamiento, utilicé **Booking** y encontré una riad dentro de la medina con excelentes valoraciones y desayuno incluido. El precio final fue de 204 euros, y el lugar se llamaba *El Manantial*. La riad resultó ser un lugar muy bonito, tranquilo y con servicios de gran calidad. Si alguna vez decido regresar a Tetuán, sin duda me volvería a hospedar allí.
Servicio de Guía y Transporte
Una de las ventajas del alojamiento en *El Manantial* fue que desde el momento en que llegas, te asignan un guía. Dado que no se puede acceder a la medina en coche, el taxi que te lleva desde el aeropuerto te deja a unos cinco minutos caminando del riad, y el guía te acompaña en todo momento si así lo deseas. Esta compañía es prácticamente imprescindible el primer día, ya que la medina es un laberinto y es muy fácil perderse.
Nosotros llegamos alrededor del mediodía, y después de comer y descansar un poco, el guía nos enseñó el camino de ida y vuelta al centro. Durante los dos días siguientes, nos acompañó por las mañanas, pero le indiqué que no era necesario que viniera por las tardes. Gracias a esta asistencia, pudimos orientarnos mejor por la ciudad.
El traslado desde el aeropuerto hasta el riad lo organizan ellos mismos si lo solicitas. En nuestro caso, un taxista nos esperaba con un cartel que tenía mi apellido. El aeropuerto es pequeño, lo que facilita mucho la salida sin contratiempos.
Comodidades del Alojamiento
La riad es un lugar muy tranquilo. Durante nuestra estancia, solo había otra pareja alojada. El edificio, que data del siglo XIX, está decorado de forma auténtica y ofrece habitaciones amplias, confortables y equipadas con televisión vía satélite. Aunque no es un detalle crucial para todos, nos resultó curioso que entre los canales disponibles hubiera varios en español, así como en alemán, francés y austriaco, ideal para quienes deseen practicar otros idiomas.
Si planeas visitar Tetuán y te interesa hospedarte en esta riad, te recomiendo que contactes directamente con ellos por WhatsApp, ya que es probable que obtengas un mejor precio que a través de las plataformas de reservas en línea.
El viaje a Tetuán, aunque inicialmente planificado para cuatro días, se extendió a cinco debido a la cancelación de nuestro vuelo de regreso. Sin embargo, lo que quedó claro es que con un solo día para explorar la ciudad es más que suficiente. Dedicar más tiempo permite hacer excursiones cercanas, como a Tánger o Chaouen, ambas a solo una hora de distancia, lo que haría el viaje más enriquecedor.
En conclusión, organizar el viaje a Tetuán fue sencillo y económico. La combinación de un vuelo asequible, una riad encantadora y un servicio de guía práctico hicieron de esta visita una experiencia interesante, aunque un día hubiera bastado para conocer la ciudad.
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