La virtud es el punto medio entre dos vicios opuestos.
ALENTEJO
El Alentejo es una región encantadora en el sur de Portugal, colindante con Extremadura, que destaca por su vasta extensión agrícola y ganadera. Este territorio, con su paisaje ondulado y su atmósfera tranquila, ofrece una experiencia única que combina historia, cultura y gastronomía. La ciudad de Elvas, situada muy cerca de Badajoz, es un punto de interés que hemos visitado en numerosas ocasiones. Mis primeras visitas a Elvas se remontan a los años 60 del siglo XX, una época en la que, a pesar de las dictaduras en España y Portugal, cruzar la frontera no presentaba grandes dificultades. El pase de corta estancia se facilitaba automáticamente en la Comisaría de Policía, permitiendo a los viajeros disfrutar de esta región con solo presentar su DNI.
Elvas, una ciudad amurallada desde el siglo XVI, pero con vestigios de épocas aún más antiguas, merece una jornada completa para explorar sus maravillas. Sus murallas imponentes son prueba de su rica historia y su importancia estratégica a lo largo de los siglos. En el corazón de la ciudad, se encuentra una iglesia histórica y un antiguo palacio, ambos accesibles para los visitantes y cargados de historias.
Uno de los elementos más impresionantes de Elvas es su gran acueducto, también del siglo XVI. Este acueducto no solo es una proeza de la ingeniería antigua, sino también un símbolo del ingenio y la habilidad de los constructores de aquella época. Además de sus riquezas históricas, Elvas es conocida por su excelente gastronomía. La Pousada de Elvas, en particular, es un lugar destacado para disfrutar de la cocina local.
El Alentejo, con su tranquilidad rural y su patrimonio cultural, es una región que invita a ser descubierta.
Elvas |
En el mes de julio de 2021, decidimos ampliar nuestro recorrido por Portugal y explorar más a fondo las regiones del Alentejo y el Algarve. Nuestro viaje comenzó en Villa Viçosa, una bonita localidad del Alentejo, a la que llegamos desde Trujillo, en la provincia de Cáceres, España. Villa Viçosa es conocida por su rico patrimonio histórico y arquitectónico. Nuestra primera parada fue el majestuoso Palacio Ducal, una impresionante residencia real que data del siglo XVI. Pasamos la mañana recorriendo sus lujosas salas y admirando la magnífica colección de arte y antigüedades.
Después de la visita al palacio, decidimos almorzar en un restaurante local para probar la cocina tradicional del Alentejo. Opté por un plato de "porco à alentejana", un delicioso guiso de cerdo con almejas, patatas y hierbas aromáticas. Carmen, por su parte, eligió el bacalao dorado, un plato clásico portugués a base de bacalao desmenuzado, patatas, cebolla y huevo.
La tarde la dedicamos a explorar el centro de Villa Viçosa y su castillo. Esta pequeña villa es ideal para recorrer a pie, con varias calles peatonales que invitan a un paseo tranquilo. Las casas de fachadas blancas y azules, características de la región, le dan un encanto especial a cada rincón del pueblo.
Finalmente nos dirigimos a Évora, donde pasamos la noche. Évora, con su casco antiguo bien conservado y su impresionante catedral, sería nuestra siguiente etapa.
Vila Viçosa |
Évora, una joya del Alentejo, es una ciudad que tiene una rica herencia histórica. Nuestra visita a esta ciudad comenzó al atardecer, cuando llegamos desde Villa Viçosa en julio de 2021. La primera mañana, nuestro recorrido comenzó en la famosa Catedral de Évora, una impresionante estructura gótica que data del siglo XIII. Su espléndida arquitectura y sus vistas desde la torre ofrecen una perspectiva única de la ciudad y sus alrededores. A continuación, visitamos el Templo Romano, también conocido como Templo de Diana, uno de los símbolos más visitadoss de Évora y un testimonio del pasado romano de la ciudad. Esta ciudad con su mezcla de historia, cultura y deliciosa comida, es una parada imprescindible en cualquier recorrido por el Alentejo.
Évora |
El 9 de julio de 2021, durante nuestro segundo día en el Alentejo, comenzamos visitando los Dólmenes de los Almendros cerca de Évora. Aunque el trayecto de 8 a 10 km por caminos de tierra sin asfaltar fue complicado, el esfuerzo valió la pena para admirar este conjunto megalítico.
Después, nos dirigimos a Monsaraz, un pintoresco pueblo situado en la cima de una montaña. El centro histórico de Monsaraz es pintoresco, con calles empedradas y casas blancas que reflejan la luz del sol. Pero lo que realmente destaca son las impresionantes vistas panorámicas que se disfrutan desde el pueblo. Desde sus murallas, se puede ver el vasto paisaje del Alentejo, con sus colinas onduladas, el embalse de Alqueva y el horizonte que parece no tener fin. Monsaraz combina historia, arquitectura y naturaleza, ofreciendo una experiencia visual y cultural única en el corazón del Alentejo.
Monsaraz |
Ese mismo día, continuamos nuestro viaje hasta Beja para pernoctar en este pueblo. Beja se encuentra situado en el centro del Alentejo que, aunque no tiene grandes atractivos turísticos, ofrece un ambiente tranquilo y agradable. Paseamos alrededor del Castillo, una construcción histórica que domina el paisaje local, y exploramos el centro de la ciudad, donde las calles empedradas y las casas tradicionales crean una ambiente encantador.
Nos alojamos en el hotel Bejense, ubicado en el corazón de Beja. Este hotel familiar resultó ser muy grato y acogedor. Su desayuno fue bastante bueno, con una selección variada que incluía productos locales frescos. La propietaria, una mujer de unos 80 años, estaba sentada permanentemente en una silla en la recepción, observando y controlando a los empleados con una mirada atenta. Su presencia añadía un toque personal y tradicional al ambiente del hotel.
Beja |
Después de nuestra estancia en Beja, continuamos viaje hacia el sur de Portugal. La primera parada fue en Vila Nova de Milfontes, una encantadora población costera que ofrece una playa popular entre los habitantes locales y algunos turistas extranjeros. A diferencia de otras zonas más turísticas del Algarve, Milfontes no está masificada, lo que proporciona una experiencia más relajada. Las carreteras en esta región son bastante buenas, y aunque hay tramos de autopistas de peaje, el viaje fue cómodo. Hicimos una breve parada para tomar café y disfrutar de la vista de la playa, que ese día estaba bastante concurrida por los lugareños.
Nuestra siguiente parada fue Odeceixe, donde nos alojamos en un hostal debido a la falta de hoteles en esta pequeña villa. Odeceixe es conocida por su característico molino, situado en la parte más alta del pueblo, ofreciendo una vista pintoresca de la zona. La atmósfera del hostal era agradable, y pudimos disfrutar de la tranquilidad del lugar.
Después de instalarnos, comimos y cenamos en el pueblo, Por la tarde, decidimos visitar y fotografiar las playas de Odeceixe y Azenha do Mar, esta última ubicadas a unos 10 kilómetros de nuestro alojamiento. Las playas son impresionantes, con paisajes costeros que ofrecen magníficas oportunidades para la fotografía . La playa de Odeceixe, en particular, es conocida por su belleza natural y sus tranquilas aguas, ideales para un paseo al atardecer.
El viaje por el Alentejo y el sur de Portugal nos iba permitiendo descubrir lugares menos conocidos pero igualmente encantadores, ofreciendo una experiencia alejada del turismo de masas.
La última jornada de ese año 2016 estuvimos en Campo Maior sitio también muy próximo a la capital extremeña. Nunca habíamos estado en esta población, pese a encontrarse también muy cerca de Badajoz. Deambulamos por el casco antiguo que es muy pequeño con sus casa blancas típicas de esta región. Me resultó más atractivo que Porto Alegre.El casco antiguo de Campo Maior, con sus casas blancas y calles empedradas, es un lugar encantador para pasear. La atmósfera tranquila y la belleza del entorno hacen que sea una experiencia memorable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario