"Los sueños son el faro que ilumina el viaje de nuestra existencia, dándole propósito a cada paso."
Viaje por Aragón – Diciembre 2021
Desde El Campello emprendimos una nueva escapada hacia el noreste de la península, concretamente a Aragón, tierra de contrastes entre historia, monumentalidad y paisajes abiertos. No era nuestra primera vez en la región, pero Aragón siempre tiene algo nuevo que ofrecer. En esta ocasión, repartimos nuestro tiempo entre Calatayud, Zaragoza, Huescay algunos lugares emblemáticos del entorno como Bilbilis y el Castillo de Loarre.
Calatayud y las ruinas de Bilbilis
Salimos en coche desde El Campello con rumbo a Calatayud, haciendo una parada a mediodía en Calamocha para comer. Nuestra primera visita cultural fue al yacimiento arqueológico de Bilbilis, situado a unos pocos kilómetros de Calatayud.
Allí dejamos el coche a unos 800 metros del yacimiento y caminamos hasta las ruinas, que, aunque están en un estado de conservación discreto, tienen un encanto evocador. Se aprecian los restos del teatro y las termas, elementos clave de cualquier ciudad romana, lo que nos permitió imaginar la vida en este enclave hace más de dos milenios.
Bilbilis, cuna del poeta latino Marco Valerio Marcial, aún espera una restauración que haga justicia a su pasado
Zaragoza: Historia viva junto al Ebro
Después de nuestra visita a Bilbilis, pusimos rumbo a Zaragoza, donde habíamos reservado hotel. La ciudad nos recibió con un ambiente navideño y ese aire majestuoso que siempre transmite la Basílica del Pilar, icono inconfundible del casco histórico.
Zaragoza es una ciudad que conozco desde 1976 y que siempre disfruto revisitando. En esta ocasión, además del Pilar, quisimos volver a admirar:
El Palacio de la Aljafería, con su mezcla de arte islámico y cristiano.
La Catedral del Salvador (La Seo) y los vestigios romanos de Cesaraugusta.
El teatro romano, uno de los restos más bien conservados, con museo anexo.
La Lonja y paseos junto al Ebro, ideales para disfrutar del entorno.
Zaragoza combina historia y vida contemporánea como pocas ciudades, con pastelerías tradicionales, mercados, y buen ambiente incluso en los meses fríos.
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Teatro Olimpia Huesca |
Huesca y el Castillo de Loarre
El último día lo dedicamos a conocer Huesca, una capital pequeña pero encantadora, situada a menos de una hora de Zaragoza. Recorrimos su catedral, el Teatro Olimpia, el Casino y paseamos por el Parque Miguel Servet. Aunque su patrimonio no es tan vasto como el de Zaragoza, es una ciudad amable, perfecta para caminar y descansar.
Tras un almuerzo muy satisfactorio en un restaurante céntrico, nos dirigimos a uno de los grandes hitos del viaje:
El Castillo de Loarre, una de las fortalezas medievales más espectaculares de España.
Situado sobre un promontorio rocoso, Loarre ofrece una vista única del Pirineo y del llano aragonés. Recorrer sus torres y murallas fue como viajar en el tiempo. A pesar del frío invernal, la experiencia fue inolvidable.
Alojamiento y desplazamientos
Durante todo el viaje, nos desplazamos en nuestro coche particular, lo que nos dio libertad para adaptar el itinerario según el clima y el tiempo disponible.
En Zaragoza, elegimos nuevamente hoteles de cadenas como Ibis o NH, que garantizan buena relación calidad-precio y comodidad. Aunque en la ciudad hay muchas otras opciones, estos hoteles son una apuesta segura para estancias cortas.
Esta escapada fue una mezcla ideal de arqueología, patrimonio histórico, pueblos con encanto y naturaleza majestuosa.
De las ruinas de Bilbilis a los muros de Loarre, pasando por el dinamismo urbano de Zaragoza y la tranquilidad de Huesca, Aragón nos volvió a conquistar.
Estoy seguro de que no será la última vez que pongamos rumbo al noreste. Quedan muchos rincones por descubrir en una tierra que, a cada visita, se revela más rica, más profunda y más cautivadora.
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