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Playa Portimäo |
La inteligencia es útil en todo, pero no suficiente para todo.
Henri Frederic Amiel
Viaje al Algarve
En julio de 2021 emprendimos un viaje por el sur de Portugal, atravesando parte del Alentejo hasta llegar al Algarve. Fue, sin duda, una de las experiencias más gratificantes que hemos vivido. Lo que más nos cautivó fueron sus playas de arena dorada, enmarcadas por acantilados que parecen esculpidos por el mar. Las aguas turquesas, limpias y vibrantes, ofrecían paisajes que no necesitan filtros.
Además de su belleza natural, el Algarve sorprende por la autenticidad de sus pueblos pesqueros, donde la vida marinera aún se percibe en cada rincón. En este viaje también descubrimos ciudades históricas como Faro, Lagos o Tavira, en las que la historia y la arquitectura conviven con el ritmo tranquilo del sur portugués.
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Cabo de San Vicente (Faro) |
Nuestra primera gran parada fue el Cabo de San Vicente, el punto más al suroeste de Europa. Desde sus imponentes acantilados, el océano Atlántico se despliega en una panorámica inolvidable. Allí visitamos una antigua fortaleza, vestigio de su importancia estratégica a lo largo de los siglos. Desde la época romana, este rincón fue considerado un lugar sagrado, y todavía hoy conserva su aura imponente. La visita fue uno de los momentos más impactantes del viaje.
Lagos
La ciudad de Lagos nos recibió con sus calles empedradas, sus fachadas de azulejos y su mezcla de tradición e historia. Pasear por su centro es hacerlo por un museo al aire libre: arquitectura morisca, iglesias barrocas como la de Sant’Ana y edificios civiles con siglos de historia. Lagos también tiene un vínculo estrecho con los tiempos de los descubrimientos: fue aquí donde el infante Enrique el Navegante impulsó la exploración oceánica.
Aunque no nos bañamos en sus playas, el ambiente de la ciudad, sus terrazas, y el legado que aún se respira en cada calle fueron suficientes para enamorarnos del lugar.
Portimão
Portimão destaca por su vocación costera. El puerto, los paseos junto al mar y la playa de arena fina componen una postal típica del Algarve. Aunque el agua es algo más fresca que en el Mediterráneo, el paisaje compensa. Nos alojamos en el Morgado Golf & Country Club, un entorno elegante y tranquilo donde descansar después de nuestras rutas. Un lugar ideal para quienes buscan naturaleza y relax con un toque de sofisticación.
Loulé
Loulé fue una de las sorpresas del viaje. Menos turístico que otros destinos de la zona, conserva un aire auténtico. Su mercado municipal, construido en hierro y vidrio a finales del siglo XIX, sigue siendo el alma de la ciudad. Allí se mezclan los productos frescos con la vida local.
El castillo, bien conservado, nos permitió conocer algo más del pasado medieval de Loulé. Las calles del casco histórico, limpias y ordenadas, invitan a pasear sin prisa. Después de comer, pusimos rumbo a Faro, donde pasaríamos la noche.
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Catedral de Faro |
Faro
Faro nos ofreció un cierre perfecto al recorrido. La tarde de nuestra llegada paseamos por su casco antiguo, donde destaca la catedral y los restos de la muralla. La luz del atardecer sobre los tejados y calles empedradas nos regaló una estampa inolvidable.
Reservamos un hostal a través de una conocida aplicación, aunque por error no me di cuenta de que era un alojamiento con servicios compartidos. Afortunadamente, la habitación fue excelente y no tuvimos que compartir el baño. Una pequeña anécdota que quedó como parte del viaje.
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Inmediaciones del Mercado Tavira |
Tavira
Nuestro último día en Portugal lo pasamos en Tavira, un pueblo encantador. Visitamos el castillo y la iglesia de la Misericordia, donde nos sorprendieron los azulejos del siglo XVII en perfecto estado. Tras recorrer el casco antiguo, atravesamos su puente romano, símbolo de la ciudad.
Antes de partir, comimos junto al río Gilão, saboreando platos de pescado fresco. Una excelente manera de despedirnos de esta región.
De vuelta a España (con anécdota incluida)
El viaje de vuelta estuvo marcado por un contratiempo inesperado: un error al repostar nos obligó a pasar una noche no prevista en Huelva. Afortunadamente, todo se resolvió al día siguiente y pudimos regresar a casa sin más complicaciones.
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