13 mayo 2025

LIMA. CIUDAD DE LOS REYES



El Perú, como el Aleph de Borges, es en pequeño formato del mundo entero.
 ¡Qué extraordinario privilegio el de un país que no tiene identidad porque las tiene todas!” 

Mario Vargas Llosa


Lima: vivir en la capital de Perú (2014–2018)

Residí en Lima desde julio de 2014 hasta junio de 2018, cuatro años en los que conocí de cerca esta ciudad compleja, extensa y llena de contrastes, capital del Perú y una de las más pobladas de Sudamérica.

Lima fue fundada el 18 de enero de 1535 por Francisco Pizarro, y hoy alberga más de 10 millones de personas si se incluye la provincia constitucional del Callao. La ciudad se extiende sobre el desierto costero del Pacífico, desde Pucusana al sur hasta Ancón al norte, cubriendo más de 130 kilómetros de litoral.

Durante mi estancia, viví en Miraflores, uno de los distritos más seguros y modernos de la capital. Estaba a solo 27 km del aeropuerto, pero en Lima, las distancias pueden engañar debido al tráfico y la falta de transporte público eficiente.

Transporte y vida diaria

Lima no cuenta con una red de metro subterráneo completa. El transporte principal lo forman los llamados “Metropolitanos”, autobuses rápidos con carriles exclusivos, y una red de “combis” y “cousters”, minibuses caóticos pero omnipresentes.

En 2016 ya se estaban construyendo nuevas líneas de metro con participación española, pero el avance era lento.

Para moverse con seguridad, especialmente desde el aeropuerto, lo recomendable era usar taxis autorizados (Taxi Green, Cabify, Uber). En la calle, hay que asegurarse de que el taxi tenga identificación y, por costumbre, regatear el precio antes de subir.

Clima y estaciones

El clima limeño es peculiar. Apenas llueve y el cielo suele estar cubierto por una neblina gris llamada “panza de burra”.

  • Invierno (junio a diciembre): temperaturas entre 12 y 19°C, humedad alta (hasta 100%), pero sin lluvias reales.

  • Verano (diciembre a mayo): cielos despejados, fuerte radiación solar, y temperaturas entre 19 y 32°C.

El Callao: puerta de entrada y contraste

El Callao es una provincia autónoma, aunque en la práctica está completamente integrada en Lima. Aquí se encuentran el Aeropuerto Jorge Chávez y el Puerto del Callao, las principales puertas de entrada al país.

En el lado turístico destaca La Punta, un barrio seguro con casonas antiguas, clubes náuticos y la Escuela Naval. También se puede visitar la Fortaleza del Real Felipe, una construcción militar del siglo XVIII.

Sin embargo, buena parte del Callao sufre altos niveles de delincuencia. En 2015 y 2016 se declaró el estado de emergencia por violencia, y aunque hay zonas seguras, en general no es un lugar recomendado para el visitante desprevenido.

Centro de Lima

El Cercado de Lima es el núcleo histórico de la ciudad. En la Plaza de Armas se encuentran:

  • Palacio de Gobierno

  • Catedral de Lima

  • Palacio Municipal

  • Palacio Episcopal

Pasear por los jirones (calles del centro) permite ver edificios de la época republicana, desde fines del siglo XIX hasta los años 30. El centro histórico es seguro durante el día, especialmente en las zonas más vigiladas cercanas a la plaza.

Barrios recomendados

Los distritos de MirafloresSan IsidroBarranco y partes de La Molina son los más seguros y modernos. Aquí vive buena parte de la clase alta y expatriados europeos o norteamericanos.

En Miraflores viví yo. Es una zona mixta: chalets antiguos conviven con edificios modernos. Pasear por los malecones junto al mar o por Av. Benavides es muy agradable. San Isidro, más corporativo, destaca por sus embajadas (incluida la española) y su desarrollo urbanístico.


 Mercados y zonas caóticas

La cara más intensa de Lima se ve en mercados como:

  • Polvos Azules

  • Gamarra

Son grandes centros comerciales informales, parecidos al Gran Bazar de Estambul, donde se venden productos de todo tipo, muchos falsificados. A pesar de operativos policiales, el comercio continúa casi sin interrupciones. Interesantes para curiosear, pero no recomendables en términos de seguridad.

 Seguridad y precauciones

Lima no es una ciudad especialmente segura. En muchos distritos, especialmente por la noche, los robos y asaltos son frecuentes. Nunca es recomendable resistirse ante un atraco.

Las zonas más recomendadas para el visitante son Miraflores, Barranco y San Isidro, aunque resultan más caras. Para trayectos urbanos, lo mejor es usar apps de transporte y evitar taxis informales.

Lima también ofrece restos arqueológicos preincaicos:

  • Huaca Pucllana, en pleno Miraflores

  • Pachacamac, más al sur

Ambos permiten conocer culturas anteriores al imperio inca. También están adaptados al turismo.

Gastronomía peruana

La cocina peruana está considerada como una de las mejores del mundo. Platos como el ceviche, el lomo saltado o la causa limeña se han ganado reconocimiento internacional.

El chef Gastón Acurio, con su restaurante Astrid & Gastón, fue pionero en internacionalizar la gastronomía peruana. Hoy en día, otros chefs peruanos han alcanzado ese nivel, consolidando a Lima como capital culinaria de Sudamérica.

Situación actual (mayo 2024)

Desde mi salida en 2018, la crisis política en Perú se ha intensificado. El intento de autogolpe de Pedro Castillo en 2022, hoy encarcelado, fue el último capítulo de una larga serie:

  • Fujimori, Toledo, Humala, Kuczynski: todos encarcelados.

  • Alan García se suicidó en 2019 al recibir una orden de detención.

La inestabilidad afecta también a la seguridad ciudadana. Para quienes viajen ahora a Perú, es fundamental estar bien informados y seguir las recomendaciones de seguridad.

Lima es una ciudad compleja, marcada por su tamaño, historia y contrastes. Vivir allí durante cuatro años me permitió conocer una capital caótica pero también rica en cultura, gastronomía y paisajes urbanos únicos. Es un destino que recompensa al viajero informado, que toma precauciones y sabe moverse con prudencia.


 
 
 

10 mayo 2025

PAISES DEL LOIRA.

 




No vivimos la vida como fue, sino como la contamos después 



En el verano de 2024, decidimos visitar Anjou, una zona del País del Loira que nos faltaba por conocer. Aunque inicialmente la confundimos con el Valle del Loira que exploramos en 2011, pronto descubrimos que son dos regiones distintas.

Anjou, antigua provincia histórica del oeste de Francia, forma hoy parte del País del Loira, y su capital, Angers, es conocida por su castillo medieval y el Tapiz del Apocalipsis. Aunque ya no tiene autonomía, su identidad sigue viva a través de su patrimonio, sus vinos y sus tradiciones.

 

Diferencias entre el Valle del Loira y el País del Loira

  • El Valle del Loira (Indre-et-Loire, Loir-et-Cher, etc.) es una región cultural y geográfica, famosa por sus castillos renacentistas como Chambord y Chenonceau.
  • El País del Loira es una región administrativa que incluye cinco departamentos, entre ellos Maine-et-Loire, donde se encuentra Anjou.
  • Ambos comparten el río Loira y una fuerte tradición vinícola, pero el Valle del Loira destaca más por su legado renacentista, mientras que el País del Loira combina costa, ciudades modernas como Nantes y una oferta cultural diversa.

 

El viaje: Alicante – Nantes – Angers

 

El 16 de agosto volamos desde Alicante a Nantes con Volotea. Al llegar, recogimos un coche de alquiler (Fiat 500 híbrido de Europcar) y tras una hora de viaje, llegamos a Angers, donde nos alojamos en el Kyriad Hotel Beauconze hasta el día 22.

Ese mismo día visitamos por primera vez el centro de Angers. Aparcamos en el Parking du Mail, bien ubicado y a buen precio. Vimos la Catedral de San Mauricio y comenzamos a recorrer la ciudad desde el Ayuntamiento, caminando por la Rue Saint-Aubin hasta la Plaza del Ralliement y el Gran Teatro.

Finalizamos la jornada en el Castillo de Angers, con sus murallas de pizarra y piedra caliza y sus 17 torreones. Regresamos al hotel y compramos cena en el cercano supermercado Intermarché.

 

17 de agosto: Brissac, Saumur y Montreuil-Bellay

  • Castillo de Brissac: el más alto de Francia, con 7 pisos y más de 200 habitaciones. Destaca por sus salones decorados y sus vistas a los viñedos.
  • Almuerzo en Saumur: restaurante Masama, cocina colombiana-francesa, ambiente agradable y sabores sorprendentes.
  • Tarde en Saumur: breve recorrido por su pintoresco centro histórico.
  • Castillo de Montreuil-Bellay: fortaleza medieval con foso, torres defensivas y jardines cuidados. Arquitectura austera y elegante.

 

18 de agosto: Angers a fondo

  • Castillo de Angers: visita interior al Tapiz del Apocalipsis, con escenas bíblicas en una galería especial.
  • Almuerzo en trattoria del centro histórico.
  • Museo de Bellas Artes de Angers: pinturas desde la Edad Media hasta la actualidad.
  • Tarde libre por el centro: Plaza del Ralliement, Galeries Lafayette, calles con arquitectura medieval y renacentista.

 

19 de agosto: Azay-le-Rideau, Chinon y Ussé

  • Castillo de Azay-le-Rideau: elegante castillo renacentista junto al río Indre. Interior decorado con tapices, biblioteca y salón de gala.
  • Chinon: almuerzo en la Plaza Mayor y paseo por el casco antiguo. Vistas de la fortaleza de Chinon desde el exterior.
  • Castillo de Ussé: inspiración para “La Bella Durmiente”. Torres puntiagudas, jardines simétricos y escenas del cuento recreadas en su interior.

 

Castillo de Montgeoffroy


20 de agosto: Montgeoffroy y barrio de La Doutre

  • Castillo de Montgeoffroy: castillo del siglo XVIII con mobiliario original. Biblioteca, comedor y jardines bien conservados.
  • Almuerzo en José Carpa (Angers): cocina moderna con ingredientes de temporada.
  • Barrio de La Doutre: paseo por un barrio con encanto local. Vistas desde el Pont de Verdun, embarcadero de la Cale de la Savatte, y las plazas Saint-Laurent y de la Paix.

 

21 de agosto: Castillos de Serrant y Plessis-Bourré

  • Castillo de Serrant: renacentista, elegante y sobrio. Biblioteca con más de 12.000 volúmenes, muebles antiguos y tapices originales.
  • Almuerzo en restaurante del centro comercial Intermarché (Angers): menú sencillo, económico y de buena calidad.
  • Castillo de Plessis-Bourré: castillo rodeado de foso, con estructura simétrica. Interior decorado con frescos, salones y torreones medievales.

 

Château du Plessis-Bourré


22 de agosto: Día en Nantes

  • Llegamos a Nantes, aparcamos en la Isla de Nantes y nos movimos en Uber.
  • Catedral de Nantes: solo vista exterior debido a los daños por incendio. Arquitectura gótica imponente.
  • Castillo de los Duques de Bretaña: recorrido por murallas, patios y salas que narran la historia de la ciudad.
  • Almuerzo en restaurante cercano.
  • Regreso caminando hasta la Isla de Nantes, paseo por calles modernas y tradicionales.
  • Compras en el centro comercial antes de llegar al hotel.

 

23 de agosto: Regreso a casa

 

Pasamos la noche en el hotel B&B del aeropuerto de Nantes. El vuelo a Alicante salía temprano, por lo que nos levantamos a las 4:30 h. El hotel estaba a pocos minutos a pie de la terminal, lo que hizo muy cómodo el final del viaje.

Este viaje al País del Loira y especialmente a Anjou fue una experiencia muy completa, con historia, arte, castillos y gastronomía. Recorriendo lugares como Angers, Saumur, Brissac, Chinon, Azay-le-Rideau, Ussé y Nantes, pudimos conocer una región rica en cultura y patrimonio, más allá de los destinos turísticos más conocidos del Valle del Loira.

 

 

06 mayo 2025

LA MANCHA. VIAJAR DESDE EL CAMPELLO

 



Cada noche morimos y cada mañana volvemos a nacer; cada día es una vida.

Edward Young




Viaje a la Mancha: Entre Historia y Paisajes


En el verano de 2022 decidimos dedicar unos días a recorrer el corazón de La Mancha, esa región extensa y serena que evoca molinos, castillos y las páginas de Cervantes. Desde El Campello partimos en nuestro coche hacia la provincia de Ciudad Real, sin prisas, con varias paradas previstas para empaparnos del paisaje y la historia. El trayecto, que superaba ligeramente las tres horas, se hizo más ameno con una pausa en La Roda, donde tomamos café y estiramos las piernas antes de continuar camino hacia San Carlos del Valle.


San Carlos del Valle


Reservamos dos noches en la Hospedería Santa Elena, un alojamiento cómodo y bien situado, con vistas directas a la impresionante Plaza Mayor del pueblo. Esta plaza, del siglo XVIII, con sus soportales de madera, simetría sobria e iglesia barroca, es uno de los rincones más fotogénicos de La Mancha. Al atardecer, el silencio se acentúa y parece que el tiempo se ralentiza. Desde la terraza de la hospedería, las luces doradas de la tarde nos ofrecieron una primera impresión serena y agradable del lugar.


Almagro


Al día siguiente nos dirigimos a Almagro, declarado conjunto histórico-artístico y conocido por su célebre Festival Internacional de Teatro Clásico. Recorrer el Corral de Comedias, el único del Siglo de Oro que se conserva intacto en Europa, fue como retroceder cuatro siglos. Aún se celebran funciones allí, y su estructura de vigas y galerías de madera sigue generando una acústica y una atmósfera únicas.

Después del almuerzo en un restaurante de la Plaza Mayor, con su característica forma rectangular y sus fachadas acristaladas de color verde, paseamos por calles tranquilas, visitamos el Teatro Municipal y entramos en la iglesia de San Agustín. También pasamos frente al Museo Nacional del Teatro, aunque esta vez no entramos. Volvimos a San Carlos del Valle con la sensación de haber conocido uno de los pueblos más ligados a la historia cultural de España.ç


Castillo de Calatrava la Nueva


La siguiente jornada la dedicamos a una de las visitas más impactantes del viaje: el Castillo de Calatrava la Nueva, situado en el término de Aldea del Rey. El acceso no es sencillo: hay que subir una carretera estrecha y luego continuar a pie por un sendero empedrado que asciende hasta la fortaleza. El esfuerzo se ve recompensado al llegar a la cima, desde donde se domina toda la llanura manchega.

El castillo, construido en el siglo XIII por la Orden de Calatrava, conserva aún su iglesia y parte de sus murallas, torres y dependencias. Lo más impresionante es su iglesia románica, vacía pero en pie, con una acústica sorprendente. Nos llamó la atención su puerta principal, de proporciones monumentales, y las vistas que se abren desde sus murallas. La visita fue tranquila, con pocos visitantes, lo que permitió disfrutar del lugar con calma.



       Villanueva de los Infantes

Villanueva de los Infantes


Después del castillo, nos dirigimos hacia el este, hasta Villanueva de los Infantes, considerado uno de los conjuntos histórico-artísticos mejor conservados de Castilla-La Mancha. La llegada a su Plaza Mayor, perfectamente simétrica y enmarcada por galerías de piedra y madera, nos dejó una excelente primera impresión. Allí se respira equilibrio arquitectónico y serenidad.

Visitamos la iglesia de San Andrés Apóstol, donde se conservan restos de Quevedo, y la Casa del Caballero del Verde Gabán, una reconstrucción de lo que pudo ser la morada de uno de los personajes del Quijote. Esta localidad, además de su importancia literaria, destaca por sus palacios y casas solariegas, muchas de ellas con escudos nobiliarios en la fachada.

Nos detuvimos a almorzar en un pequeño restaurante junto a la plaza, donde comimos platos típicos como pisto manchego y caldereta. La tarde la dedicamos a pasear sin rumbo por sus calles empedradas, disfrutando del silencio y la luz cálida que envolvía el casco histórico.


Molinos de Campo de Criptana


La última mañana la reservamos para un símbolo universal: los molinos de viento de Campo de Criptana, en el corazón del paisaje quijotesco. Subimos hasta el cerro donde se alzan, majestuosos y alineados, los gigantes que inspiraron a Cervantes. Algunos conservan su maquinaria original, y uno de ellos alberga una pequeña exposición sobre la Semana Santa criptanense, sorprendentemente detallada y bien presentada.

Desde allí, nos dirigimos al cercano El Toboso, el pueblo de Dulcinea, donde visitamos la Casa-Museo y la iglesia de San Antonio Abad. Todo el pueblo rinde homenaje a la figura de Cervantes, con estatuas, inscripciones y referencias constantes a los personajes del Quijote. Es una visita breve pero entrañable.


 Ciudad Real, punto final


Antes de emprender el regreso, hicimos una última parada en Ciudad Real, una capital discreta pero con algunos rincones de interés. Paseamos por el centro, vimos las fachadas de la catedral de Santa María del Prado, la Puerta de Toledo y algunas iglesias. No es una ciudad monumental, pero ofrece tranquilidad, calles peatonales y una gastronomía sencilla y sabrosa. Tras almorzar en una taberna del centro, pusimos rumbo de regreso a casa.






 

05 mayo 2025

PROVINCIA DE CADIZ

 



 








Es bueno coleccionar cosas; es mejor dar paseos.Anatole France 


En octubre de 2021, durante nuestro regreso a casa tras un viaje por Castilla y Leon con parada en Extremadura, decidimos pasar dos noches en la provincia de Cádiz, con base en Jerez de la Frontera. El viaje fue breve, pero suficiente para redescubrir algunos lugares históricos y disfrutar de la costa gaditana.


Catedral de Jerez de la Frontera


Jerez de la Frontera

Nos alojamos los días 18 y 19 de octubre en el Hotel Ibis de Jerez, con la intención de conocer la ciudad con calma.

  • Dejamos el coche en un aparcamiento subterráneo situado justo bajo el Alcázar, uno de los pocos monumentos históricos que aún se conservan.

  • Paseamos por la calle Larga y sus alrededores, una zona céntrica y tranquila, ideal para moverse a pie.

Durante el recorrido:

  • Vimos la catedral de Jerez desde el exterior.

  • Pasamos junto a las bodegas González Byass, aunque no llegamos a visitarlas por dentro.

  • Llegamos a la Plaza del Arenal, presidida por un monumento al General Primo de Rivera, figura histórica nacida en la ciudad.

  • También destacaron el edificio de la Alhóndiga y el Palacio de Justicia, ambos de estilo neoclásico.

Fue una jornada tranquila, con una buena primera impresión de una ciudad con historia y ritmo pausado.



 Cádiz capital


El segundo día lo dedicamos a Cádiz, una ciudad que no visitaba desde 1971. El reencuentro fue muy positivo.

  • Paseamos por el casco antiguo, con arquitectura del siglo XIX y calles animadas.

  • Visitamos la catedral, un edificio monumental que domina el perfil de la ciudad.

  • También exploramos los restos del teatro romano, situados junto a la catedral.

Después de la visita cultural, continuamos hacia la Playa de la Caleta y su malecón, con vistas amplias al océano Atlántico. El paseo fue tranquilo y agradable.

En la zona del Teatro Manuel de Falla, encontramos un parque con miradores que ofrecía buenas vistas de la bahía de Cádiz.

  • Almorzamos en el mercado central, donde, a pesar de los precios algo elevados, la calidad de los platos fue excelente. El lugar combina bien el ambiente turístico con el local.

Cádiz nos dejó una sensación muy buena: ciudad compacta, con mar, historia y buen ambiente.


Teatro romano en Baelo Claudia


Baelo Claudia (Tarifa): arqueología frente al mar


El día 20 de octubre, ya en ruta hacia Alicante, hicimos una parada en Tarifa, la ciudad más al sur de Europa.

  • Desde allí, con buen tiempo, es posible ver la costa africana con claridad.

  • Tarifa combina su papel histórico —con murallas y castillo— con el atractivo natural de sus playas de viento y arena blanca.

A pocos kilómetros al norte visitamos el yacimiento de Baelo Claudia, junto a la playa de Bolonia.

  • Esta antigua ciudad romana fue un centro comercial y de producción de salazones de pescado.

  • Se conservan restos del foro, las termas y el teatro, con el mar como telón de fondo.

Pasear por Baelo Claudia es una experiencia que mezcla paisaje y arqueología, con una gran sensación de conexión con el pasado.

Aunque fue un viaje breve, esta escapada por Jerez, Cádiz y Baelo Claudia en Tarifa nos permitió conocer nuevos lugares y redescubrir otros. Fue un recorrido por el sur que combinó historia, patrimonio y costa, dejando un recuerdo muy completo del sur de Andalucía.







 





 

 

 

01 mayo 2025

UNOS DIAS EN BADAJOZ





 Uno no vuelve igual al lugar donde creció, pero el suelo reconoce tus pasos.


Hemos vuelto a Badajoz. Esta vez con más calma que aquella visita fugaz a finales de diciembre de 2023 en la que tuvimos que regresar de inmediato por la llegada prematura de un nuevo miembro a la familia. Entre el 22 y el 25 de abril, nos alojamos en un lugar con historia personal: el apartamento “El Sótano”, que en los años 70 y 80 fue un restaurante en el que solíamos comer en nuestras visitas. Volver allí fue como abrir una caja de recuerdos.

Badajoz, la ciudad donde pasé los primeros 20 años de mi vida, no pierde su fuerza sobre mí. Aunque llevo más de medio siglo viviendo lejos, sigo regresando. Ahora con menos frecuencia, pero siempre con el mismo placer de recorrer sus calles.

Pasear por el centro es como volver a un tiempo más lento. La calle San Juan, que conocí llena de vida, muestra ahora signos de decadencia. Pero aún puedo verme de niño, los sábados y domingos, enfundado en abrigo o impermeable, caminando hasta la Plaza de San Francisco. En verano, el plan cambiaba: la Plaza y su noria eran el punto de encuentro. Hoy esa plaza aún conserva sus dos kioscos y el local de “La Marina” junto al Teatro López de Ayala. Eso sí, la antigua parada de taxis ha desaparecido. El edificio del Hospital Provincial sigue en pie, pero ya no funciona como hospital.

Uno de los rincones más transformados es la Plaza Alta. Desde su remodelación, se ha convertido en uno de los lugares más bonitos de la ciudad y parada obligada para cualquier visitante. El casco antiguo, que durante décadas estuvo degradado, hoy luce renovado y con carácter. Caminar por sus calles es redescubrir la ciudad.



Recomiendo una estancia de al menos dos días para saborear Badajoz con calma. Visitar la Catedral, perderse por el casco antiguo, acercarse a la Alcazaba —una de las más grandes de Europa— o dar un paseo por el cauce del Guadiana, que hoy es un espacio verde ideal para desconectar. Y por supuesto, disfrutar de su gastronomía: sencilla, generosa y deliciosa.


Esta vez, además, hemos aprovechado para hacer un par de excursiones en familia. Junto a Carmen, mis hermanos y sus cónyuges, dedicamos el primer día a visitar Marvão, Castelo de Vide y Valencia de Alcántara. El segundo nos llevó a Llerena, un lugar en el que nunca había estado, y que mereció la pena descubrir.

Badajoz es tranquilidad, memoria y buen vivir. Es ese lugar al que siempre quiero volver. Mi tierra me sigue llamando, y mientras pueda, seguiré respondiendo a esa llamada.





15 abril 2025

Oporto y el Centro de Portugal


 

Todas    las    batallas     en    la    vida    sirven    para enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos.
 

Paulo Cohelo

 

 

 

 

Septiembre 2011 y verano de 2016

 

Portugal tiene una forma especial de dejar huella. A través de sus ciudades históricas, su arquitectura de azulejos, sus dulces y su luz inconfundible, descubrimos dos rostros del país: el norte urbano y nostálgico de Oporto, y el corazón histórico del centro, con joyas como Coímbra, Aveiro, Óbidos o Sintra.


 

Viaje de 2011

 En septiembre de 2011, iniciamos nuestra escapada a Oporto con un vuelo desde Alicante operado por Ryanair. Fueron cuatro días de paseo, historia y sabor portugués. Nos alojamos en un hotel de la cadena Eurostars, algo alejado del centro pero perfectamente conectado gracias al eficiente metro de la ciudad.

¿Qué vimos en Oporto?

·               La Estación de São Bento, decorada con azulejos que narran la historia portuguesa.

·               Iglesias recubiertas de azulejo blanco y azul, tanto en el exterior como el interior.

·               La Librería Lello, famosa por su escalera, su arquitectura de madera y su vinculación con la saga de Harry Potter.

·               Un paseo en barco por el Duero, que nos regaló vistas inolvidables de los puentes y fachadas de las ribeiras.

 Uno de los puentes más emblemáticos de Oporto fue diseñado por Gustave Eiffel, y navegar bajo él al atardecer fue, sin duda, uno de los momentos más bellos del viaje.

 



El Centro de Portugal

 

 

Viaje de 2016

Cinco años más tarde, en 2016, volvimos a Portugal, esta vez por carretera desde Badajoz, con el objetivo de explorar más profundamente el Centro del país. La ruta nos llevó por ciudades llenas de encanto y mucha historia.




Évora

Hicimos una parada en esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, con vestigios romanos y medievales. Pasear por Évora es viajar al pasado.

Almuerzo en la Pousada de Palmera

Cerca de Setúbal, disfrutamos de un excelente almuerzo antes de continuar hacia Lisboa, donde pasamos dos días descubriendo los barrios más emblemáticos: Alfama, Baixa, la Plaza del Comercio, y algunos miradores espectaculares.

Descubriendo el Centro de Portugal

 

 

 

 


Óbidos: una villa medieval de cuento

Rodeada por murallas, Óbidos es perfecta para un paseo tranquilo entre calles empedradas. Exploramos sus iglesias cubiertas de azulejos y descubrimos una librería dentro de una iglesia desacralizada. Muy recomendable almorzar aquí antes de continuar ruta.

Aunque en este viaje no llegamos a entrar a sus palacios, sí paseamos por el casco antiguo. Sintra, con su aura romántica y su pasado real, es un lugar al que siempre apetece volver.

En 2020, durante un viaje familiar, conocimos el Palacio Nacional de Sintra, y nos quedó pendiente el colorido Palacio da Pena.



Dormimos en el NH Coimbra, y recorrimos la ciudad en una fecha muy especial: Portugal acababa de ganar la Eurocopa.

Lo más destacado:

·     El Monasterio de Santa Cruz, con espectaculares mosaicos de azulejo.

·      La Catedral Nueva.

·    La majestuosa Universidad de Coímbra, una de las más antiguas de Europa.

El ambiente universitario y la riqueza histórica hacen de Coímbra una parada obligatoria entre Lisboa y Oporto.


Aveiro: la Venecia portuguesa

Aprovechamos una tarde libre en Coímbra para visitar Aveiro, una ciudad atravesada por canales, decorada con moliceiros (barcas tradicionales) y con una estación de tren adornada con azulejos.

No visitamos sus playas, pero sí nos deleitamos con pasteles de nata en una cafetería local, antes de regresar al hotel.

Tanto Oporto como las ciudades del Centro de Portugal nos ofrecieron una experiencia rica en patrimonio, gastronomía y belleza. Nos llevamos la imagen de azulejos brillando al sol, puentes sobre el Duero, pueblos amurallados y tardes tranquilas de paseo.

Portugal, tan cercano y auténtico, es un país al que siempre apetece regresar.

Y seguro que volveremos.


     


  

AMSTERDAM